Si hay una fiesta castiza por excelencia en Madrid es San Isidro Labrador, patrón de la capital de España que se celebra en la capital desde hace. Una fiesta que llegó a inmortalizar el propio Goya en varios de sus cuadros y que ilustran bien lo enraizado del culto y la celebración de este santo que era campesino.
Una festividad reflejada en todo tipo de expresiones artísticas y que con los años ha ganado importancia dentro del panorama cultural madrileño. Una importancia que según los vecinos también ha ido influyendo en las molestias hacia los residentes en el barrio de Carabanchel y en una perdida notable de identidad de la celebración, que según varias asociaciones vecinales como la Asociación Vecinal Pradera-Tercio Terol llevan meses denunciado y que además esto se traslada en diversos incumplimientos de la Ley que trastocan notablemente la convivencia de los residentes de la zona con la celebración.
Entre las quejas realizadas por esta asociación destaca la protesta por el aumento de días que dura el recinto ferial de la Pradera de San Isidro, distrito de Carabanchel. El Ayuntamiento de Madrid ha considerado oportuno que esta celebración dure 15 días frente a los tradicionales tres días que ha durado la verbena de esta festividad.
Algo que ha desvirtualizado la tradicional romería que se hacía el día 15 de mayo para convertirse en un negocio masificado y falto de identidad. Cada vez vienen menos madrileños a esta zona, prefieren otras menos masificadas o de mayor calidad como La Vistillas, señalan algunos vecino veteranos de Carabanchel en la red social X.

Otros comentan, en la misma red social, que apenas quedan ya vestigios de las tradiciones madrileñas en muchos puntos de la Pradera. Masificada entre basura, sonidos de reguetón y un exceso de gente que a veces acaba en conflictos y peleas.
En este mismo sentido, la Plataforma «Por unas fiestas de San Isidro sin ruido» hace hincapié en los problemas de convivencia que sufren los vecinos de Carabanchel con el aumento de los días de fiesta, el exceso de aforo y la amplitud del recinto ferial de la Pradera, demasiado cerca de las viviendas, «algo que incumple la Ley», según denuncia esta entidad que ya esta realizando varias acciones de protestas de cara a las siguientes festividades de San Isidro.
Además, entre los reclamos que esta misma Plataforma denuncia son el incumplimiento de los horarios, tanto entre diario como los fines de semana. «Algo que repercute en el descanso de personas trabajadoras, que en muchas ocasiones hasta las dos de la madrugada esta sufriendo un ruido desmedido».
Cabe destacar que la Plataforma «Por unas fiestas de San Isidro sin ruido» ha elevado sus reclamaciones al Ayuntamiento de Madrid, pero no hay respuesta. Piden que se trasladen los escenarios a otro lugar, como IFEMA o donde se hacían antes, en los alrededores del antiguo Vicente Calderón. Más de veinte años en esta situación.

DEFENSA DE LA FIESTA TRADICIONAL, NO DEL NEGOCIO
Los vecinos de esta zona de Madrid y las diferentes asociaciones castizas relacionadas con la festividad aseguran que están a favor de la fiesta, pero no en estas condiciones. «No queremos un negocio, queremos que esto vuelva a ser como antes, una fiesta familiar con las tradiciones de Madrid», remarcan en TVE varios vecinos que protestan por la duración excesiva de estos festejos.
En esta protesta también se puede ver que los límites se han sobrepasado ya, puesto que, nunca había sido tan organizada, ni tan masiva las quejas vecinales ante esta situación que se lleva ya más de 20 años.
Por este motivo, a muchos de estos vecinos se les escucha entre las quejas que se puede mantener la Romería dentro de la festividad, pero llevar el recinto ferial masificado a otro sitio más apartado y alejado de la ciudad, como puede ser IFEMA. Algo que facilite el descanso de niños, personas mayores y enfermos, colectivos más vulnerables que sufren estas incidencias provocadas por el ruido y el exceso de aforo, que incluso llegan a impedir el paso de ambulancias y bomberos para tratar emergencias, según explican varios residentes de la zona cercana al Parque San Isidro.
Unos vecinos que están orgullosos de San Isidro pero que quieren descanso y respeto por la identidad madrileña. De momento desde el Gobierno municipal no hacen mucho casos a las peticiones vecinales, señalando que se la duración de la fiesta, por el momento, es transitoria y se reducirá, en cuanto a la identidad, hasta ahora, silencio por respuesta, Almeida mira el negocio.
