domingo, 11 mayo 2025

Descubre la receta del dulce de calabaza al estilo asturiano, reconfortante y delicioso

El dulce de calabaza es uno de esos sabores que evocan el otoño, las cocinas humeantes de las abuelas y las sobremesas largas en familia. En Asturias, esta receta adquiere un matiz especial, pues no es solo una forma de conservar la calabaza, sino también una celebración de la sencillez bien hecha. Con pocos ingredientes y mucho amor, se transforma en una mermelada espesa, fragante y suave que acompaña tanto una rebanada de pan como un queso curado o una tarta casera.

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Aunque hay muchas versiones del dulce de calabaza, el estilo asturiano tiene ese toque rústico y casero que lo distingue. Se cuece a fuego lento, sin prisas, como se ha hecho toda la vida en los pueblos del norte. Y quizá ahí resida su encanto, justamente en tomarse el tiempo necesario para extraer lo mejor de un producto humilde. Si alguna vez probaste este dulce en casa de una abuela asturiana, seguro que no lo has olvidado.

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Un delicioso postre para disfrutar todo el año

Fuente: Freepik

El dulce de calabaza, una vez listo, se convierte en un comodín delicioso en la cocina. Se puede untar sobre pan tostado, acompañar con quesos fuertes o usar como relleno de empanadas y bizcochos. En Asturias, no es raro verlo servido en meriendas con un vaso de leche o sidra dulce. También se conserva muy bien, por lo que es habitual preparar grandes cantidades en otoño y guardarlas para todo el invierno.

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Más allá de su sabor, este dulce tiene algo que conecta con la memoria y la tradición. Es una receta que se transmite de generación en generación y que sigue viva gracias a quienes aprecian los sabores de siempre. Prepararlo en casa es una forma sencilla de reconectar con el ritmo pausado de la cocina tradicional, y una excusa perfecta para compartir un trozo de historia asturiana en cada bocado.

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