Los macarons franceses son mucho más que un simple dulce. Son pequeñas joyas de la pastelería que combinan elegancia, sabor y tradición. Originarios de Francia, estos pastelitos redondos de superficie lisa y textura crujiente por fuera pero suave por dentro han conquistado el mundo entero. Su delicado equilibrio entre lo visual y lo gustativo los convierte en un capricho irresistible, ideal para regalar, para acompañar un café o simplemente para darse un gusto especial.
Con colores que van del pastel al vibrante, y rellenos que varían entre ganache de chocolate, crema de mantequilla o confituras, los macarons franceses pueden adaptarse a todos los gustos. Prepararlos en casa puede parecer un reto, pero con los ingredientes adecuados y un poco de paciencia, es posible trasladar un pedacito de París a la mesa del comedor. A continuación, se detallan los pasos para lograrlo.
1Ingredientes esenciales para unos macarons franceses perfectos

Para preparar macarons franceses en casa, es necesario comenzar con ingredientes precisos y de calidad. Lo recomendable es utilizar 100 gramos de harina de almendra, 100 gramos de azúcar glas, 100 gramos de azúcar blanco, 75 gramos de claras de huevo, envejecidas durante 24 horas en la nevera, y unas gotas de colorante alimentario si se quiere darles un tono específico. Estos elementos deben estar perfectamente medidos y, en lo posible, tamizados para evitar grumos.
El relleno puede variar según el gusto de cada persona o del sabor que se deseen hacer los macarons, pero una ganache básica de chocolate negro se logra con 100 ml de nata para montar y 100 gramos de chocolate de cobertura. También es posible usar mermeladas naturales o cremas aromatizadas para experimentar con sabores. Lo importante es mantener una consistencia firme que permita armar los macarons sin que se deslicen o humedezcan.