sábado, 10 mayo 2025

Así te engañan legalmente en el súper: la OCU denuncia el ‘truco’ de ahorro falso

La batalla por el ahorro en la cesta de la compra se ha convertido en una odisea para millones de españoles que afrontan la escalada de precios. La OCU ha destapado recientemente una serie de estrategias que utilizan los supermercados para crear una falsa sensación de ahorro mientras el consumidor termina gastando más de lo previsto. Estas tácticas, que caminan en el límite de la legalidad, aprovechan la vulnerabilidad de un público cada vez más preocupado por estirar su presupuesto familiar en tiempos de inflación.

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El fenómeno no es nuevo, pero ha alcanzado niveles alarmantes según denuncian desde diferentes asociaciones de consumidores. Los datos recabados por los analistas demuestran cómo estas prácticas se han intensificado en el último año, generando una distorsión significativa en la percepción del valor real de los productos y creando falsas expectativas de ahorro. El escrutinio detallado de estas estrategias revela un entramado de técnicas de marketing que, aunque legales en su mayoría, plantean serias dudas éticas sobre la transparencia comercial en un sector tan sensible como la alimentación.

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TECNOLOGÍA AL SERVICIO DEL ENGAÑO: APPS Y TARJETAS DE FIDELIZACIÓN CON DOBLE FILO

Fuente: Freepik

Las aplicaciones móviles de supermercados han revolucionado la experiencia de compra, pero esconden aspectos cuestionables, según revela la OCU. Estas plataformas digitales rastrean meticulosamente nuestros hábitos de consumo, generando perfiles detallados que permiten personalizar ofertas diseñadas específicamente para estimular la compra de productos complementarios o de mayor margen. Este nivel de personalización, presentado como un servicio, constituye en realidad una sofisticada herramienta para incrementar el gasto medio por cliente mientras se crea la ilusión de ahorro.

Las tarjetas de fidelización, omnipresentes en el panorama comercial actual, merecen un análisis particularmente crítico. Los estudios comparativos de la OCU demuestran que muchas de las ventajas promocionadas apenas compensan el valor de los datos personales cedidos. Además, el sistema de puntos o descuentos suele estructurarse de forma deliberadamente confusa, estableciendo umbrales de gasto difícilmente alcanzables para las bonificaciones más atractivas o limitando su aplicación a productos específicos generalmente sobrevalorados. Esta estructura, cuidadosamente calculada, garantiza que el beneficio real para el consumidor siempre sea inferior al incremento de ventas que genera para el establecimiento, creando una ilusión de privilegio que en realidad beneficia principalmente al supermercado.

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