Los propietarios de vehículos en España enfrentan a diario el riesgo de ser sancionados por descuidos que, aunque parezcan insignificantes, no pasan desapercibidos para los agentes de tráfico. La DGT mantiene una vigilancia constante sobre el estado de los coches que circulan por nuestras carreteras, imponiendo multas que pueden superar los 200 euros por fallos que muchos conductores consideran menores. Estas sanciones no solo afectan al bolsillo, sino que también pueden tener consecuencias en la seguridad vial y, en casos extremos, derivar en la inmovilización del vehículo.
El mantenimiento adecuado del automóvil es una responsabilidad que va más allá de la simple comodidad o estética, pues representa un factor determinante en la prevención de accidentes. Los organismos de tráfico, conscientes de que pequeños defectos técnicos pueden provocar situaciones de alto riesgo, han intensificado los controles rutinarios en vías urbanas e interurbanas. No es casualidad que la DGT haya incrementado en un 15% las campañas de vigilancia específicas durante el último año, dejando claro que no hay margen para la negligencia cuando se trata de la seguridad al volante.
1NEUMÁTICOS DESGASTADOS: EL CONTACTO VITAL CON EL ASFALTO

Circular con neumáticos cuyo dibujo está por debajo de 1,6 milímetros de profundidad supone un riesgo innecesario que la DGT no tolera en absoluto. Las ruedas constituyen el único punto de contacto entre el vehículo y la carretera, por lo que su estado óptimo resulta crucial para garantizar la adherencia necesaria, especialmente en condiciones meteorológicas adversas como lluvia o nieve. Los agentes de tráfico, equipados con calibradores específicos para medir el desgaste de la banda de rodadura, pueden imponer multas de hasta 200 euros por cada neumático que no cumpla con los requisitos mínimos establecidos.
El deterioro de los flancos, la presencia de bultos o cortes visibles en la goma también son motivo de sanción inmediata, ya que estos defectos aumentan considerablemente el riesgo de reventón. La DGT recomienda revisar el estado de los neumáticos al menos una vez al mes y siempre antes de emprender viajes largos, prestando especial atención a la presión y al desgaste irregular que podría indicar problemas en la alineación o suspensión del vehículo. Los expertos en seguridad vial, basándose en estudios que demuestran que casi el 30% de los accidentes por fallos mecánicos están relacionados con el mal estado de las ruedas, insisten en la necesidad de no escatimar en este aspecto del mantenimiento.