La sensación de libertad que invade al conductor cuando enfila por primera vez esta sinuosa vía es indescriptible. Mallorca esconde entre sus tesoros naturales una carretera que desafía a la imaginación y transporta a sus visitantes hasta lo que parece literalmente el fin del mundo conocido. El trayecto hacia el Cap de Formentor no es simplemente un recorrido turístico más en la isla balear, sino una experiencia sensorial completa que combina adrenalina, contemplación y asombro a partes iguales.
Los aproximadamente 20 kilómetros que separan Pollença del faro de Formentor representan uno de los itinerarios más espectaculares del Mediterráneo. Con cada curva que se supera, el visitante es testigo de un paisaje que parece sacado de una postal idealizada, donde el intenso azul del mar contrasta con el verde de los pinos y el gris plateado de los acantilados que se precipitan vertiginosamente hacia el agua. Quienes se aventuran por esta ruta comprenden rápidamente por qué este rincón de Mallorca ha cautivado durante décadas a artistas, escritores y viajeros en busca de inspiración.
2EL MIRADOR DEL COLOMER: LA PRIMERA PARADA OBLIGATORIA
A pocos kilómetros del inicio de la ruta se encuentra uno de los puntos más fotografiados de Mallorca. El Mirador del Colomer, también conocido como «Es Colomer», ofrece una panorámica que corta la respiración a cualquier visitante por muy experimentado que sea. Desde esta privilegiada atalaya, se divisa un espectáculo natural único con el islote del Colomer emergiendo majestuosamente de las aguas cristalinas y los acantilados recortándose contra el horizonte.
La inmensidad del Mediterráneo se despliega ante los ojos del viajero desde una altura de más de 200 metros sobre el nivel del mar. En este punto, muchos conductores aprovechan para hacer una pausa y capturar con sus cámaras la esencia de este tramo de Mallorca, donde la naturaleza se muestra en su estado más salvaje y hermoso. No es extraño que en días despejados se pueda divisar incluso la vecina isla de Menorca, añadiendo aún más espectacularidad a un paisaje ya de por sí sobrecogedor.