Viajar en coche se ha convertido en una de las opciones más habituales para los desplazamientos diarios en España, ya sea para ir al trabajo o emprender un viaje de ocio. La DGT recuerda constantemente que la seguridad al volante no solo depende del conductor, sino de todos los ocupantes del vehículo, siendo especialmente importante la responsabilidad que recae sobre quien maneja el automóvil. Muchos conductores desconocen que pueden enfrentarse a sanciones económicas considerables por infracciones que no cometen ellos directamente, sino sus acompañantes.
Esta situación genera confusión entre miles de conductores que se preguntan hasta dónde llega su responsabilidad cuando viajan acompañados. Las normativas vigentes establecidas por la Dirección General de Tráfico son claras al respecto, aunque muchos españoles las desconocen o no las tienen presentes durante sus desplazamientos habituales. El hecho de que un copiloto no lleve puesto el cinturón de seguridad puede suponer una multa de 200 euros para el conductor, una sanción que pocos esperan recibir cuando son detenidos en un control rutinario.
4CÓMO EVITAR LA MULTA Y PROTEGER A TUS ACOMPAÑANTES

La mejor estrategia para evitar sanciones relacionadas con el cinturón de seguridad consiste en establecer una rutina sistemática antes de arrancar el vehículo. Los expertos en seguridad vial recomiendan que el conductor verifique visualmente que todos los ocupantes llevan correctamente abrochado el cinturón, una práctica que la DGT promueve activamente en sus campañas de concienciación. Esta simple comprobación, que apenas requiere unos segundos pero puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en caso de accidente, debería convertirse en un hábito tan automático como ajustar los espejos retrovisores.
Algunos vehículos modernos cuentan con sistemas de alerta que avisan cuando algún ocupante no lleva puesto el cinturón, una tecnología que resulta especialmente útil para conductores despistados o con varios pasajeros. Sin embargo, la responsabilidad final siempre recae sobre quien está al volante, independientemente de los avisos electrónicos. La DGT valora positivamente estos avances tecnológicos, pero insiste en que ningún dispositivo puede sustituir la concienciación y responsabilidad personal del conductor como garante de la seguridad colectiva dentro del vehículo. Establecer reglas claras con los acompañantes habituales puede contribuir significativamente a evitar olvidos y, por ende, sanciones indeseadas.