miércoles, 14 mayo 2025

Las Bardenas Reales: el desierto ‘marciano’ de Navarra que te hará creer que estás en otro planeta

Adentrarse en el paisaje árido y erosionado de las Bardenas Reales supone una experiencia sensorial que transporta instantáneamente a escenarios dignos de películas de ciencia ficción. Este paraje único en el norte de España fascina por sus formaciones geológicas caprichosas, sus barrancos profundos y sus extensas llanuras que contrastan radicalmente con la imagen típica que tenemos de Navarra. Los colores ocres, marrones y rojizos dominan este paisaje lunar que cada año atrae a miles de visitantes nacionales e internacionales buscando experimentar la extraña belleza de este desierto español.

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El origen de las Bardenas Reales se remonta a millones de años atrás, cuando la erosión comenzó a tallar pacientemente este espectacular territorio. Con una superficie de más de 42.000 hectáreas, este enclave natural protegido desde 1999 alberga tres zonas diferenciadas: El Plano, La Bardena Blanca y La Negra, cada una con características propias que convierten este parque natural en un mosaico paisajístico excepcional. La singularidad de este espacio ha servido de inspiración a numerosos cineastas y ha sido escenario de importantes producciones cinematográficas y televisivas que han contribuido a su popularidad creciente.

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UN ECOSISTEMA SORPRENDENTE: LA BIODIVERSIDAD OCULTA ENTRE BARRANCOS

Fuente: Pexels

Contrariamente a lo que podría pensarse al contemplar la aparente aridez de las Bardenas Reales, este territorio alberga una biodiversidad sorprendente adaptada a condiciones extremas. Más de 700 especies vegetales han sido catalogadas en este parque natural, muchas de ellas endémicas y perfectamente adaptadas a la escasez de agua. Las comunidades de plantas aromáticas, como el tomillo, el romero y la ontina que tapizan ciertas zonas del paisaje bardanero, desprenden aromas intensos que añaden una dimensión sensorial más a la experiencia de visitar este lugar.

La fauna de las Bardenas Reales es igualmente rica y diversa, con especial relevancia para las aves esteparias que encuentran en este hábitat un refugio ideal. Especies como el alimoche, el águila real o el buitre leonado sobrevuelan majestuosamente los cielos de este paraje, mientras que en tierra podemos encontrar zorros, jabalíes y una variedad de reptiles perfectamente adaptados a este entorno. La declaración de este territorio como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2000 reconoce el valor excepcional de un ecosistema que ha sabido adaptarse a condiciones extremas a lo largo de siglos, creando un equilibrio delicado entre supervivencia y evolución.

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