Muchas personas despiertan con una molestia persistente en el hombro y automáticamente lo atribuyen a una mala postura durante el sueño. El dolor de hombro que aparentemente no tiene explicación puede ser más preocupante de lo que imaginamos, especialmente cuando se localiza en el lado izquierdo. Lo que muchos desconocen es que esta molestia aparentemente inocua podría estar enviando señales de alerta sobre la salud cardiovascular.
Los especialistas en cardiología llevan décadas estudiando el fenómeno conocido como «dolor referido», un mecanismo mediante el cual nuestro organismo nos avisa de problemas en órganos internos a través de sensaciones dolorosas en zonas aparentemente no relacionadas. Este dolor de hombro persistente, particularmente cuando se presenta sin lesión previa ni sobreesfuerzo físico, merece especial atención por parte de los profesionales sanitarios y de quienes lo padecen.
1LA CONEXIÓN OCULTA ENTRE TU HOMBRO Y TU CORAZÓN

El sistema nervioso humano funciona como una compleja red de comunicaciones donde las señales pueden cruzarse y manifestarse en lugares distintos a su origen. Cuando el corazón sufre algún tipo de agresión o falta de oxígeno, las terminaciones nerviosas transmiten impulsos que nuestro cerebro puede interpretar erróneamente como dolor en otras zonas del cuerpo. Este fenómeno neurológico explica por qué muchas personas con problemas cardíacos experimentan dolor en el hombro izquierdo sin relacionarlo con su corazón, confundiéndolo con problemas musculares o posturales que parecen más evidentes.
La ciencia médica ha documentado extensamente esta relación, especialmente en los casos de infarto de miocardio donde aproximadamente el 25% de los pacientes reporta dolor de hombro como uno de sus primeros síntomas. Este dolor característico suele ser persistente, no mejora con cambios posturales y puede acompañarse de una sensación de presión u opresión que se irradia desde el centro del pecho. Los estudios cardiovasculares modernos han permitido comprender mejor este mecanismo de dolor referido que puede manifestarse incluso semanas antes de un evento cardíaco grave, ofreciendo una ventana de oportunidad para el diagnóstico temprano que muchos desaprovechan por desconocimiento.