La publicidad engañosa ha colonizado las estanterías de los supermercados con productos que prometen ser saludables, pero esconden una realidad muy distinta. Según la OMS, existe una categoría de alimentos procesados que, pese a su imagen de saludables, representan un peligro silencioso para nuestra salud a largo plazo, contribuyendo al incremento de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión y obesidad.
Hace décadas que la industria alimentaria perfecciona sus técnicas de marketing, envolviendo productos altamente procesados en un halo de salud mediante etiquetas verdes, mensajes sobre beneficios nutricionales y envases que sugieren naturalidad. Esta estrategia ha logrado confundir incluso a los consumidores más conscientes, quienes buscan mejorar su alimentación pero caen en la trampa de estos ultraprocesados disfrazados, un fenómeno que preocupa enormemente a los expertos de la OMS por sus consecuencias a nivel global.
1LA ADVERTENCIA DE LA OMS: NO TODO LO QUE RELUCE ES SALUDABLE

La OMS ha lanzado recientemente varios informes alertando sobre el consumo creciente de ultraprocesados y su impacto negativo en la salud pública mundial. Estos productos, caracterizados por contener numerosos aditivos, conservantes, azúcares añadidos y grasas refinadas, se comercializan bajo una imagen saludable que no corresponde con su verdadera composición nutricional, generando confusión entre los consumidores que intentan mejorar sus hábitos alimentarios.
Las barritas energéticas encabezan la lista de los productos más problemáticos, con algunas marcas que contienen hasta 30 gramos de azúcar por unidad, casi equiparables a una chocolatina convencional. La OMS ha señalado que estos productos, presentados como alternativas saludables para deportistas o como tentempié equilibrado, pueden contribuir significativamente al consumo excesivo de azúcares libres, muy por encima de los 25 gramos diarios recomendados para un adulto.