miércoles, 14 mayo 2025

La ‘vitamina del sol’ que necesitas desesperadamente: el 80% de españoles tiene déficit y no lo sabe

A pesar del abundante sol que baña la Península Ibérica durante gran parte del año, los españoles sufren una carencia alarmante de la llamada vitamina del sol. Este problema silencioso afecta a ocho de cada diez ciudadanos que continúan sus vidas sin percatarse de las consecuencias que este déficit provoca en su organismo a corto y largo plazo. Las cifras resultan sorprendentes considerando que España disfruta de más de 2.500 horas de sol anuales en muchas de sus regiones, un privilegio que, paradójicamente, no se traduce en niveles óptimos de este nutriente esencial.

Publicidad

La falta de información y los cambios en nuestros hábitos cotidianos han contribuido significativamente a esta situación preocupante. La vida moderna, caracterizada por largas jornadas en espacios cerrados, el uso generalizado de protectores solares —indispensables contra el cáncer de piel— y la alimentación actual, menos rica en productos naturales con alto contenido de este micronutriente, ha creado la tormenta perfecta. El resultado es una población que, pese a vivir en el país europeo con mayor radiación solar, presenta niveles insuficientes de una vitamina crucial para múltiples funciones corporales.

4
HÁBITOS COTIDIANOS QUE AGRAVAN EL PROBLEMA

Fuente: Freepik

Nuestro estilo de vida moderno juega un papel determinante en la epidemia silenciosa de déficit de vitamina del sol. La tendencia al teletrabajo y las largas jornadas en oficinas han reducido drásticamente el tiempo que pasamos al aire libre durante las horas de sol. Si a esto añadimos el creciente uso de dispositivos electrónicos que nos mantienen en espacios interiores durante el tiempo libre, el resultado es una exposición solar mínima incluso en días soleados, insuficiente para mantener niveles adecuados de esta vitamina esencial.

La alimentación actual tampoco contribuye a mejorar la situación. La vitamina D se encuentra naturalmente en pocos alimentos, principalmente pescados grasos como el salmón, la caballa o las sardinas, además de yemas de huevo y algunos hongos. A diferencia de países como Finlandia o Suecia, España no cuenta con una política generalizada de fortificación de alimentos básicos con vitamina del sol, lo que dificulta alcanzar las cantidades recomendadas únicamente a través de la dieta. Los ultraprocesados, cada vez más presentes en nuestras mesas, han desplazado progresivamente a estos alimentos naturalmente ricos en vitamina D, contribuyendo al déficit generalizado que detectan los estudios epidemiológicos.

Publicidad
Publicidad