Zara vuelve a marcar el ritmo de la moda con una colección que parece haber sido diseñada para esos días en los que el tiempo se nos escapa entre las manos. Con la llegada del calor, las jornadas se alargan, las cenas improvisadas son más frecuentes y el cuerpo nos pide frescura sin perder estilo. En este contexto, encontrar una prenda versátil que nos sirva tanto para la oficina como para una salida nocturna se vuelve una auténtica necesidad.
Entre las propuestas más aplaudidas de la marca para esta temporada destaca una línea de vestidos blancos con ese aire ibicenco que nunca falla. Las editoras de moda ya lo han señalado como el uniforme no oficial de la primavera-verano, con tejidos ligeros, cortes relajados y un blanco que refleja luz, energía y elegancia. Zara lo sabe y ha sacado una colección que no solo es tendencia, sino que también se adapta al ritmo real de nuestras vidas.
2Comodidad y estilo en un solo gesto

Lo mejor de los vestidos de Zara es que no requieren esfuerzo. Con solo añadir unas sandalias planas o unas bailarinas en tonos neutros, el look está completo. La marca propone combinarlos con calzado en color marrón arena, que potencia aún más ese aire mediterráneo y aporta miles de posibilidades para reutilizarlos en contextos distintos; ya sea en una comida familiar, una tarde de compras o incluso una reunión informal de trabajo.
La clave está en los accesorios. La firma de Inditex ha acompañado esta colección con bolsos de rafia, pendientes dorados de inspiración artesanal y gafas de sol que evocan los años setenta. Detalles que elevan el outfit sin robarle protagonismo al vestido. Porque cuando el vestido funciona por sí solo, todo lo demás debe acompañar sin competir. Y ahí, otra vez, la marca lo ha entendido a la perfección.