Cada vez son más los conductores que circulan por las carreteras españolas sin conocer todos los pormenores de la normativa vigente. La DGT ha intensificado recientemente su campaña de concienciación sobre los riesgos que supone transportar determinados objetos sueltos en el habitáculo del vehículo, algo que muchos consideran inofensivo pero que puede acarrear consecuencias tanto económicas como para la seguridad. Esta práctica, aparentemente inocua, se ha convertido en uno de los focos de atención de los agentes de tráfico durante los controles rutinarios.
El desconocimiento de la legislación no exime de su cumplimiento, como bien saben quienes se han llevado la desagradable sorpresa de una sanción por algo que consideraban irrelevante. Los objetos que llevamos de forma cotidiana en nuestros vehículos pueden convertirse en auténticos proyectiles en caso de una frenada brusca o un impacto, multiplicando su peso por la velocidad a la que circulamos, y generando un riesgo adicional que podría evitarse con simples medidas preventivas. La normativa busca, fundamentalmente, proteger la integridad física de los ocupantes en situaciones imprevistas durante la conducción.
4LA TECNOLOGÍA COMO ALIADA PARA CUMPLIR CON LAS EXIGENCIAS DE LA DGT

El mercado ofrece actualmente numerosas soluciones tecnológicas diseñadas específicamente para organizar el interior del vehículo conforme a las normativas de seguridad. Desde soportes homologados para dispositivos móviles hasta organizadores modulares que se fijan al vehículo, la industria de accesorios ha respondido a las exigencias de la DGT con propuestas innovadoras que combinan practicidad y cumplimiento normativo. Estos sistemas, disponibles en diferentes rangos de precios, permiten mantener al alcance los objetos necesarios sin comprometer la seguridad.
Los fabricantes de automóviles también han tomado nota de estas necesidades, incorporando en sus nuevos modelos más espacios de almacenamiento integrados. Muchos vehículos recientes cuentan con compartimentos diseñados específicamente para asegurar objetos de uso frecuente como gafas, teléfonos o pequeños dispositivos electrónicos. La DGT valora positivamente estos avances, aunque insiste en que la responsabilidad final recae en el conductor, quien debe verificar antes de iniciar la marcha que no existen elementos sueltos que puedan convertirse en proyectiles. Las campañas informativas destacan que un objeto de medio kilo puede multiplicar su peso hasta treinta veces en caso de colisión a 50 km/h, una fuerza suficiente para causar lesiones graves o incluso mortales.