El aire que respiramos dentro de la casa puede ser hasta cinco veces más contaminado que el exterior, algo que muchos españoles desconocen por completo. La OMS lleva años alertando sobre los riesgos invisibles que acechan en los espacios cerrados donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, especialmente tras la pandemia que ha incrementado el teletrabajo y las horas de permanencia doméstica. Esta realidad silenciosa se cobra miles de víctimas cada año debido a problemas respiratorios, alergias crónicas y otras afecciones derivadas de la pobre calidad ambiental.
Los contaminantes invisibles que flotan en el ambiente doméstico suponen una amenaza constante para nuestra salud respiratoria y general, sin que seamos conscientes de ello. Desde compuestos químicos liberados por productos de limpieza hasta partículas de moho ocultas en rincones húmedos, el catálogo de elementos nocivos presentes en nuestras casas resulta alarmante cuando se analiza en detalle. La situación ha llevado a la OMS a lanzar una campaña internacional instando a los ciudadanos a revisar determinados aspectos clave en sus hogares, con el objetivo de mejorar la calidad del aire interior y prevenir enfermedades respiratorias que pueden cronificarse con el tiempo.
4PRODUCTOS COTIDIANOS QUE LA OMS IDENTIFICA COMO CONTAMINANTES OCULTOS

Los ambientadores, velas aromáticas y productos de limpieza convencionales liberan compuestos orgánicos volátiles que pueden irritar las vías respiratorias y agravar condiciones preexistentes. La OMS recomienda revisar los armarios domésticos y reducir el número de productos químicos utilizados habitualmente, especialmente aquellos con fragancias intensas o que advierten sobre su toxicidad en la etiqueta. Al vaporizar aerosoles en espacios cerrados, las partículas químicas permanecen suspendidas durante horas y se depositan gradualmente en superficies desde donde pueden ser resuspendidas con el movimiento normal del hogar. Esta contaminación acumulativa resulta especialmente preocupante en dormitorios infantiles.
El mobiliario nuevo, especialmente aquellos elementos fabricados con aglomerados, puede liberar formaldehído y otros compuestos durante meses o incluso años. La OMS aconseja ventilar exhaustivamente tras la instalación de muebles recién fabricados y, cuando sea posible, mantenerlos en espacios abiertos o muy ventilados durante los primeros días. Los suelos sintéticos, pinturas y barnices convencionales también contribuyen a la carga química del aire interior. Por ello, la elección de productos con bajas emisiones certificadas o componentes naturales representa una inversión en salud respiratoria a largo plazo que la OMS considera prioritaria para grupos vulnerables. Las etiquetas ecológicas oficiales constituyen una referencia fiable para identificar opciones menos contaminantes sin renunciar a la funcionalidad.