¿Sabías que la forma de tu cuerpo y en la manera en que tus dolencias son externalizadas pueden advertirte sobre enfermedades? ¿No?, pues déjame informarte que llegaste al artículo indicado, ya que a lo largo de este post conocerás cómo tu tipo de cuerpo puede gritar silenciosamente lo a simple vista no se puede ver. Pero antes de explicarte qué enfermedad puede afectarte, primero debes saber a cuál tipo de grupos de complexión de cuerpos perteneces.
Tradicionalmente, los cuerpos se clasifican en tres tipos somáticos, que son endomorfo, ectomorfo y mesomorfo. Sin embargo, en el mundo del fitness y la nutrición existen otros subtipos que se clasifican por tipos de figuras como el triángulo invertido, el cuadrado o el óvalo. De esta manera, puedes tener una idea cercana sobre los pros y contras que implica poseer cualquiera de estas estructuras.
¿SABES CUÁL ES TU TIPO DE CUERPO?

Para aprender a reconocer a qué tipo de complexión de figura perteneces, es necesario que entiendas ciertos conceptos. Por ejemplo, las personas que son naturalmente delgadas, se clasifican dentro del tipo ectomorfo, cuentan con poca grasa abdominal, lo que también se les dificulta ganar masa muscular, clasificándose con las figuras de rectángulo o triángulo invertido.
Por su parte, los afortunados que cuentan con una figura atlética y ganan masa muscular sin mucho esfuerzo, son los cuerpos mesomorfo; de ahí surgen las siluetas de rectángulo con volumen o el triángulo invertido. Mientras que si la persona presenta una contextura más gruesa, con acumulación rápida de grasa en caderas, muslos y abdomen, son los endoformos, este último grupo suele tener un metabolismo más lento, derivando en formas como de pera, manzana o el óvalo.
EL CUERPO DE PERA Y LA ENFERMEDAD SILENCIOSA QUE NO SABÍAS
A pesar de que puede existir una combinación de estos tipos en un solo cuerpo, conocer cuál es tu base, te ayudará a entender por qué algunas personas se les puede facilitar o dificultar encajar con el molde estético mundial. Ahora que conoces los conceptos básicos, si eres una mujer de caderas anchas y glúteos voluminosos, pero en la parte superior eres delgada, déjame decirte que tienes una complexión de pera. La distribución irregular de grasa puede indicarte que presentas un desequilibrio hormonal.
Esto quiere decir que los estrógenos de tu organismo actúan a diestra y siniestra, sin ningún tipo de control, superando de esta manera la progesterona, por ende tu equilibrio natural se verá alterado. El exceso de estrógeno no solo puede reflejar el exceso de grasa localizada, sino también podría desencadenar enfermedades como ansiedad, menstruaciones irregulares y muy dolorosas, endometriosis o miomas en el útero, es decir, es un estado inflamatorio crónico que debe ser tratado por un profesional de la salud.
A pesar de que las curvas que proporcionan la forma de pera, son aplaudidas y deseadas por muchas mujeres, no es un motivo verdadero para presumir, porque estaríamos hablando de un padecimiento de salud y no de estética. La idea es saber observar y escuchar lo que intenta decirte con los síntomas que no deben ser ignorados. Además, es clave saber reconocer los signos para tomar medidas y recuperar el equilibrio, ya que no es un tema de formas, sino un grito interno de tu cuerpo que pide ayuda.