Las medidas contra el consumo de drogas al volante siguen endureciéndose en nuestro país. La DGT ha confirmado recientemente que dar positivo en un control de drogas, aunque sea en cantidades mínimas, conlleva una sanción automática de 500 euros y la pérdida de 6 puntos del carnet. Esta política de tolerancia cero no contempla excepciones ni niveles mínimos permitidos, a diferencia de lo que ocurre con el alcohol, donde existe un límite legal establecido.
Muchos conductores desconocen que cualquier rastro de sustancias prohibidas en el organismo, incluso días después del consumo, puede desencadenar graves consecuencias administrativas y económicas. Las autoridades de tráfico justifican esta severidad con estadísticas alarmantes: uno de cada cinco accidentes mortales en carretera está relacionado con el consumo de sustancias estupefacientes, lo que convierte esta problemática en una prioridad para las políticas de seguridad vial en España.
2¿CÓMO SE REALIZAN LOS CONTROLES Y CUÁL ES SU FIABILIDAD?
Los agentes de la DGT utilizan dispositivos de detección preliminar mediante muestras de saliva para realizar los controles de drogas en carretera. Este primer análisis, que arroja resultados en apenas unos minutos, sirve como indicio para determinar si existe presencia de sustancias prohibidas en el organismo del conductor.
En caso de resultado positivo en esta prueba inicial, se procede a una segunda muestra más exhaustiva que se envía al laboratorio para su análisis toxicológico completo. Los expertos en toxicología señalan que estos dispositivos tienen una alta sensibilidad, detectando concentraciones mínimas que podrían corresponderse con consumos realizados días antes del control, cuando ya no existe influencia real sobre las capacidades psicofísicas del conductor. Esta particularidad técnica está en el centro de muchas de las controversias sobre la justicia del sistema actual.
