En el complejo entramado de normativas y obligaciones que rodea la conducción en España, hay un documento que, pese a su vital importancia, a veces queda relegado a un segundo plano en la guantera o, peor aún, en el olvido. La DGT insiste periódicamente en su obligatoriedad, y no es para menos, pues su ausencia puede transformar un control rutinario en un dolor de cabeza económico y administrativo. No hablamos del carnet de conducir, ese compañero inseparable de cualquier conductor, ni tampoco de la pegatina de la ITV, sino de un papel que certifica la identidad y legalidad de nuestro vehículo para circular por las vías públicas.
Este documento esencial, el gran protagonista de estas líneas, es el Permiso de Circulación. Muchos conductores, incluso los más experimentados, podrían dudar un instante si se les preguntara por su ubicación exacta o la última vez que lo revisaron, pero este documento es, en esencia, el DNI del vehículo, la carta de identidad que acredita que está matriculado y autorizado para circular por las vías públicas españolas. Desconocer su trascendencia o simplemente descuidar su porte puede acarrear consecuencias que van más allá de un simple tirón de orejas por parte de los agentes de la autoridad.
1EL GRAN OLVIDADO: QUÉ ES Y POR QUÉ EL PERMISO DE CIRCULACIÓN ES VITAL (Y LA DGT LO SABE)

El Permiso de Circulación es un documento oficial expedido por la Dirección General de Tráfico, que vincula un vehículo concreto con su propietario legal. En sus modestas dimensiones, alberga información crucial como la matrícula, la marca, el modelo, el número de bastidor (VIN), la fecha de primera matriculación, la masa máxima autorizada, el tipo de combustible, la potencia fiscal y, fundamentalmente, los datos del titular del vehículo. Es, por tanto, la prueba fehaciente de que el coche, moto o cualquier otro vehículo a motor está debidamente registrado y tiene autorización administrativa para rodar, una cuestión que la DGT se toma muy en serio para mantener el control del parque automovilístico.
Su importancia radica en que no solo identifica al vehículo y a su dueño, sino que también es imprescindible para realizar multitud de trámites administrativos. Desde pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) hasta contratar o renovar el seguro obligatorio, pasando por la transferencia de titularidad en caso de venta, el Permiso de Circulación es la llave maestra que abre todas estas puertas. Por ello, la DGT hace hincapié en que debe estar siempre en vigor y acompañar al vehículo, pues es la garantía de que todo está en regla y se cumplen las normativas vigentes para la seguridad de todos.