viernes, 16 mayo 2025

La Academia Vasca de Policía expulsa a una ertzaina que denunció acoso

El Sindicato Profesional de la Ertzaintza (SIPE) ha denunciado públicamente que la Academia Vasca de Policía y Emergencias ha declarado «No Apta» a la ertzaina en prácticas que había denunciado una situación de acoso dentro de la propia academia. Se confirma así «la represalia institucional que este sindicato ya advirtió hace apenas unos días, cuando alertamos de una estrategia encubierta para apartar del cuerpo a quienes se atreven a señalar la violencia sexista dentro de la Ertzaintza», explican desde SIPE.

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La decisión de suspender a la alumna se ha justificado en base al área de «aptitud», un apartado del curso que, en la práctica, permite expulsar a aspirantes de forma discrecional. Esta área, basada en criterios subjetivos como «actitud en clase» o «comportamiento general», permite que una simple entrevista personal pueda servir de base para declarar a alguien no apto, a pesar de tener buenas calificaciones en el resto de las materias evaluadas, resume el mismo sindicato.

Desde el SIPE, «consideramos que esta expulsión no es casual. Se trata de una respuesta directa a la denuncia de acoso realizada por la alumna, y una advertencia implícita a cualquier mujer que se atreva a alzar la voz. Mientras la denunciante ha sido apartada, quienes fueron señalados como presuntos autores de los hechos han sido declarados aptos, premiados por el sistema, y protegidos por la cadena de mando. Una situación completamente injusta y ante la cual, los servicios jurídicos del SIPE han acordado emprender la vía judicial para intentar evitar que se consume esta injusticia y la discriminación a una mujer».

¿Esta es la política de igualdad del Departamento de Seguridad?, es la pregunta que se hacen los representantes de los policías vascos. Porque «el Gobierno Vasco habla de atraer a más mujeres a la Ertzaintza, pero con actuaciones como esta lo único que consigue es sembrar el miedo y blindar un sistema profundamente patriarcal. La administración pública no puede reclamar más mujeres en la policía mientras castiga a las que se atreven a pedir respeto y Justicia», dicen en SIPE.

Por todo ello, «reiteramos nuestras exigencias, que pasan por la inmediata paralización de este proceso de expulsión y la revisión de la evaluación, la apertura de una investigación externa e independiente, con participación sindical, jurídica y de derechos humanos. Además, solicitamos la depuración de responsabilidades en la cadena de mando que ha permitido esta represalia y un compromiso firme y real contra el acoso, no solo sobre el papel, sino en la práctica diaria», añaden.

Desde el SIPE, «ya denunciamos este caso como un claro ejemplo de violencia institucional, y lamentablemente, el tiempo nos ha dado la razón. No vamos a cejar en nuestra lucha. Esta decisión será recurrida por la vía judicial, y no descansaremos hasta que se haga justicia. Porque en la Ertzaintza no sobra ninguna mujer. Lo que sobra es el encubrimiento».

DENUNCIA PREVIA DEL SIPE

Hace unos días el Sindicato Profesional de la Ertzaintza (SIPE) denunciaba formalmente ante el Consejero y Viceconsejero de Seguridad del Gobierno Vasco, la directora de Emakunde y la Directora General de la Academia Vasca de Policía y Emergencias una serie de graves episodios de acoso laboral, sexual y sexista sufridos por dos mujeres ertzainas, una de ellas agente en prácticas y otra agente de carrera, en lo que ya consideran un caso flagrante de violencia institucional.

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Según el citado sindicato, «los hechos, documentados con testimonios, grabaciones y pruebas objetivas, reflejan una situación de hostigamiento continuado y encubrimiento sistemático por parte de la jerarquía policial. En el caso de la agente en prácticas, destinada en la AVPE (Academia Vasca de Policía y Emergencias), se detalla una estrategia de aislamiento y presión psicológica con el objetivo de declararla no apta y expulsarla del cuerpo, mientras que, en el caso de la agente de carrera, adscrita a Tráfico de Álava, se describen comentarios machistas, presiones y un deterioro de su salud mental que le ha impedido continuar con su labor profesional».

PROTOCOLOS INTERNOS EN LA ERTZAINTZA

Para el SIPE, «Lo más alarmante es que, pese a la activación de protocolos internos por parte del comité de mediación, las instituciones han omitido abrir procedimientos sancionadores reales o medidas de protección eficaces» y añaden que «la llamada “mediación” entre víctima y agresores ha servido únicamente para cubrir el expediente, evitando actuar con el rigor que exige la ley y permitiendo que el acoso continúe».

«En la Ertzaintza hay mujeres que están siendo acosadas por ser mujeres, y la institución lo permite. El silencio y la inacción también son formas de violencia», afirmó Juan Carlos Sáenz Alonso, Secretario de Organización del SIPE.

Ante esta situación de extrema gravedad, el Sindicato Profesional de la Ertzaintza exigió al Gobierno Vasco, al Departamento de Seguridad y a la dirección de la AVPE una actuación inmediata y ejemplarizante, y plantea las siguientes reclamaciones urgentes. Una «apertura inmediata de expedientes disciplinarios contra los superiores jerárquicos y compañeros implicados en ambos casos, conforme al Reglamento de Régimen Disciplinario y al Código Penal si fuera necesario».

También pedían una «revisión integral de los protocolos anti acoso porque los protocolos actuales son ineficaces y se han convertido en herramientas burocráticas sin impacto real. Se requiere una revisión con participación sindical y con perspectiva de género real. La protección real y urgente de las víctimas» y exigieron el «traslado inmediato de los presuntos agresores, no de las víctimas, y la aplicación de medidas de apoyo psicológico, médico y jurídico con garantías».

Respecto de la alumna del AVPE desde el sindicato explicaron que «el caso de acoso grupal a una alumna agente no puede resolverse internamente. Pedimos una comisión de investigación independiente, con presencia de sindicatos, juristas y defensores de derechos humanos», pidieron la «depuración de responsabilidades en la cadena de mando» y concluyeron que «la Ertzaintza debe ser una institución ejemplar en la defensa de los derechos humanos, y no un entorno donde se perpetúe el machismo con respaldo institucional. No vamos a permitir que se convierta en un espacio de impunidad ni que se silencie a las víctimas»

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