Netflix sigue consolidando su compromiso con la producción de contenidos locales en España, y lo hace con una serie que no ha pasado desapercibida: ‘El desorden que dejas’. Rodada en diferentes localizaciones de Galicia, esta ficción basada en la novela homónima de Carlos Montero, uno de los creadores de ‘Élite’, combina intriga, emociones a flor de piel y conflictos familiares que conectan con el espectador desde el primer capítulo.
A través de paisajes gallegos tan bellos como inquietantes, Netflix ofrece una historia marcada por los secretos, las heridas del pasado y la dificultad de comunicarse dentro de un entorno familiar complejo. La miniserie no solo explora el impacto que puede tener la pérdida y la culpa dentro de una pareja, sino que se adentra en cómo estas emociones pueden llegar a desestabilizar por completo una comunidad pequeña. Con un elenco encabezado por Inma Cuesta y Bárbara Lennie, ‘El desorden que dejas’ se convierte en una opción imprescindible para quienes buscan una historia con alma y con verdad.
3Un reparto potente al servicio de una narrativa intensa
Una de las grandes bazas de esta producción de Netflix es, sin duda, su elenco. Inma Cuesta brilla como Raquel, una mujer con sus propias cicatrices que intenta recomponerse mientras se enfrenta a una comunidad que le da la bienvenida con silencios incómodos y miradas de desconfianza. A su lado, Bárbara Lennie ofrece una interpretación memorable como la misteriosa profesora anterior, cuya sombra lo cubre todo incluso después de su muerte. La química entre ambas actrices sostiene buena parte de la tensión emocional de la serie.
Junto a ellas, nombres como Tamar Novas, Arón Piper o Roberto Enríquez completan un reparto sólido que eleva el nivel interpretativo del proyecto. Gracias a ellos, Netflix consigue crear una ficción en la que el espectador no solo se interesa por el qué pasó, sino por el cómo y el por qué. ‘El desorden que dejas’ es un drama familiar con alma de thriller, pero también una historia de segundas oportunidades, heridas abiertas y decisiones difíciles que nos recuerdan que, a veces, el verdadero misterio está en las relaciones humanas.
