viernes, 16 mayo 2025

El paraje ‘alienígena’ de Málaga donde las rocas cobran vida y cambian de color al atardecer

Pocos lugares en España causan tanto asombro a primera vista como este rincón escondido en el corazón de Andalucía. Los caprichos geológicos de Málaga han dado forma a un paisaje que parece sacado de otro planeta, donde enormes rocas calizas se elevan hacia el cielo formando figuras imposibles que desafían la gravedad. A medida que el sol comienza su descenso, este insólito paraje natural experimenta una transformación cromática que deja sin aliento incluso a quienes ya lo han visitado en numerosas ocasiones.

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La magia del Torcal de Antequera no radica únicamente en sus formaciones rocosas de aspecto casi artificial, sino en cómo la luz solar interactúa con ellas a diferentes horas del día. Cuando el atardecer se aproxima, las tonalidades ocres y anaranjadas invaden el paisaje kárstico, creando un espectáculo visual difícil de olvidar y que atrae a fotógrafos de todo el mundo. Este fenómeno natural, que ocurre diariamente, convierte a este enclave malagueño en uno de los destinos imprescindibles para los amantes de la naturaleza y la geología que buscan experiencias sensoriales únicas.

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EL MISTERIOSO CAMBIO CROMÁTICO QUE TRANSFORMA EL PAISAJE AL ATARDECER

Fuente: Pexels

Cuando el sol comienza su descenso hacia el horizonte, el Torcal de Antequera ofrece su espectáculo más impresionante. Las rocas calizas, normalmente de tonos grisáceos, comienzan a teñirse de colores cálidos que van desde el dorado hasta el rojizo intenso. Este fenómeno se debe a la composición mineral de la piedra caliza, que reacciona de manera particular con los rayos solares del ocaso, creando un efecto visual similar al que podríamos encontrar en algunos paisajes marcianos.

La experiencia se intensifica cuando las últimas luces del día proyectan sombras alargadas entre las rocas, generando contrastes dramáticos que acentúan aún más las extrañas formas del paisaje malagueño. Los visitantes que tienen la suerte de contemplar este espectáculo natural suelen quedarse maravillados ante la transformación del entorno. La sensación es la de estar contemplando un decorado cambiante, como si las propias rocas cobraran vida bajo la influencia de la luz crepuscular en un ballet geológico que se repite cada día pero que nunca es exactamente igual.

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