El sorbete de granada no solo es una deliciosa opción para refrescarse en los días más calurosos del año, también es una receta cargada de simbolismo y tradición. La granada, fruta milenaria venerada en distintas culturas por su color, sabor y propiedades antioxidantes, se convierte aquí en la protagonista de un postre ligero, natural y lleno de matices. Este sorbete combina la intensidad del fruto con una textura suave y cristalina, ideal para cerrar una comida o disfrutar como un capricho saludable entre horas.
Además de su sabor equilibrado entre lo dulce y lo ácido, el sorbete de granada tiene ese toque exótico que lo hace especial. No es una receta complicada ni requiere de ingredientes difíciles de encontrar, pero sí merece mimo en su preparación. Ya sea para impresionar en una cena con amigos o simplemente para darse un gusto diferente en casa, esta receta es una forma perfecta de sacarle partido a una de las frutas más singulares de la temporada.
1Ingredientes para un refrescante sorbete de granada

Para preparar un auténtico sorbete de granada, lo más importante es elegir granadas bien maduras. Su color intenso y sus semillas jugosas garantizarán un sabor profundo y natural. Se necesitarán entre 4 y 5 granadas medianas para obtener aproximadamente medio litro de zumo fresco. A este jugo se le suma el zumo de medio limón, que ayuda a equilibrar la acidez y a resaltar el sabor de la granada. También se incluye unos 150 gramos azúcar, aunque este punto puede ajustarse al gusto, sobre todo si se desea una versión más ligera.
Además de estos ingredientes básicos, se puede añadir un toque de agua de azahar o unas hojas de menta para aromatizar el sorbete de granada. Si se quiere conseguir una textura aún más cremosa sin recurrir a productos lácteos, algunos cocineros optan por incorporar una clara de huevo montada durante el proceso de batido. Eso sí, esta última opción es recomendable solo si el sorbete se va a consumir de inmediato y no se va a congelar por largo tiempo.