Sevilla, tierra de arte, historia y sol, también sabe sorprender a quienes buscan experiencias distintas, alejadas de lo convencional. A tan solo una hora en coche de la capital hispalense, se esconde un rincón que parece sacado de otro mundo: la Sierra Norte de Sevilla y, en concreto, el Cerro del Hierro. Este antiguo paraje minero, hoy convertido en monumento natural, es una joya desconocida para muchos, pero profundamente valorada por senderistas, escaladores y aventureros que saben ver belleza donde otros solo ven piedras.
A medio camino entre lo natural y lo industrial, este enclave ofrece un espectáculo de formaciones rocosas únicas que desafían la imaginación. Sevilla sorprende así con un paisaje que poco tiene que ver con las clásicas postales de la Giralda o el Guadalquivir. Aquí, los más intrépidos encuentran rutas entre cortados de piedra caliza, túneles excavados a mano y cuevas que cuentan historias de una época en la que el hierro era el tesoro más codiciado de la zona. El contraste entre la vegetación autóctona y las huellas de la antigua minería conforma un escenario fascinante.
3¿Cómo llegar a este paraíso y cuándo visitarlo?

Acceder al Cerro del Hierro desde Sevilla es sencillo, solo basta con tomar la A-432 hasta San Nicolás del Puerto y, desde allí, seguir las indicaciones hacia el paraje natural. El trayecto, de poco más de una hora, permite descubrir también otros pueblos encantadores de la Sierra Norte, como Cazalla de la Sierra o Constantina, donde se puede completar la jornada con gastronomía local y ambiente rural. Sevilla, con Cómo llegar a este paraíso y cuándo visitarloescapada, ofrece al visitante una experiencia completa de naturaleza, deporte y cultura.
El mejor momento para visitar este rincón escondido de Sevilla es durante la primavera o el otoño, cuando las temperaturas son más suaves y la vegetación se muestra en todo su esplendor. En verano, es recomendable madrugar para evitar el calor intenso. El Cerro del Hierro es, en definitiva, uno de esos lugares que demuestran que Sevilla no solo se disfruta en sus plazas y monumentos, sino también en sus paisajes más salvajes y secretos. Un destino perfecto para quienes buscan algo más.