sábado, 17 mayo 2025

Descubre cómo preparar el famoso pastel de nata al estilo portugués sin salir de casa

El pastel de nata es uno de los grandes tesoros de la repostería portuguesa. Este pequeño dulce de aspecto sencillo, pero de sabor profundo, ha conquistado paladares en todo el mundo gracias a su combinación de crema suave, hojaldre crujiente y ese toque tostado en la superficie que lo convierte en una auténtica delicia. Originario del barrio de Belém, en Lisboa, el pastel de nata se ha convertido en un símbolo gastronómico del país, y aunque su receta original se guarda bajo llave, hoy en día es posible acercarse mucho a su sabor desde cualquier cocina doméstica.

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Muchos viajeros vuelven de Portugal con el recuerdo imborrable de haber probado un pastel de nata aún caliente, espolvoreado con canela o azúcar glas. Pero lo que no todos saben es que no hace falta cruzar la frontera para revivir esa experiencia. Con ingredientes al alcance de cualquiera y un poco de paciencia, es posible recrear en casa una versión fiel a la tradición portuguesa. El resultado no solo sorprende, sino que también invita a repetir. Porque una vez se domina la receta, el pastel de nata pasa a ser parte del recetario imprescindible para los amantes del dulce.

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Ingredientes para un delicioso pastel de nata al estilo portugués

Fuente: Freepik

Para preparar un auténtico pastel de nata, lo primero es reunir una serie de ingredientes que no solo sean fáciles de encontrar, sino que también aporten ese sabor característico tan portugués. Se necesita una lámina de hojaldre, preferiblemente refrigerada, ya que su textura es fundamental para lograr ese crujido perfecto al primer bocado. Para la crema, se utiliza leche entera, nata líquida, azúcar blanco, harina de trigo o maicena, yemas de huevo y piel de limón o una rama de canela para aromatizar. Algunos reposteros añaden una pizca de esencia de vainilla para acentuar el sabor, pero esto ya depende del gusto personal.

El secreto del pastel de nata está en la proporción y en el modo de cocinado. Mientras el hojaldre debe mantenerse frío hasta el último momento para asegurar un buen horneado, la crema debe alcanzar una textura densa pero no demasiado espesa, ya que terminará de cocerse en el horno. El equilibrio entre la cremosidad del relleno y la ligereza del hojaldre es lo que convierte a este pastel en un bocado inolvidable. Además, es importante contar con moldes individuales para conseguir la forma tradicional de tartaleta baja y redonda.

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