El fenómeno natural que ha convertido a Fuerteventura en un destino imprescindible para los amantes de los paisajes únicos continúa sorprendiendo a los visitantes año tras año. Esta Isla Canaria, conocida por sus extensas playas de arena dorada y sus aguas cristalinas, esconde un tesoro poco común en el territorio europeo: un auténtico desierto en pleno océano Atlántico. Las Dunas de Corralejo representan uno de los parajes más impresionantes del archipiélago, donde el viento ha modelado durante siglos un paisaje que evoca las lejanas tierras africanas, creando un espectáculo visual que deja sin palabras a cualquiera que lo contemple.
Con una extensión que supera las 2.600 hectáreas, este espacio natural protegido desde 1982 se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de la isla majorera. A pocos kilómetros del centro urbano de Corralejo, en el municipio de La Oliva, este mar de arena blanca contrasta de manera espectacular con el azul intenso del océano y crea un paisaje de otro mundo que transporta a los visitantes directamente al corazón del Sáhara. Los expertos en geología señalan que la arena de esta formación tiene su origen precisamente en el desierto africano, habiendo viajado miles de kilómetros arrastrada por los vientos alisios hasta depositarse en esta Isla Canaria, creando así una de las joyas naturales más impresionantes de todo el archipiélago.
1EL PEQUEÑO SÁHARA ESPAÑOL QUE SORPRENDE A TODOS LOS VISITANTES

Las Dunas de Corralejo representan uno de los ecosistemas más singulares de todo el territorio español, comparable únicamente con algunos enclaves del sureste peninsular. La peculiaridad de este paraje radica en su perfecta fusión entre el ecosistema desértico y el marino, algo realmente inusual en el continente europeo. Los amantes de la fotografía encuentran en este rincón de la Isla Canaria un auténtico paraíso para captar imágenes únicas, donde las ondulaciones doradas parecen extenderse hasta el infinito creando patrones hipnóticos que cambian constantemente con el viento.
El fenómeno geológico que dio origen a esta maravilla natural se remonta a miles de años atrás, cuando los vientos predominantes comenzaron a transportar partículas de arena desde el continente africano. La proximidad de Fuerteventura a la costa marroquí, apenas 100 kilómetros, facilitó este proceso que continúa activo en la actualidad. Científicos y geólogos que estudian el comportamiento de las dunas han documentado cómo estas se mueven varios centímetros cada año, transformando constantemente el paisaje de esta Isla Canaria y manteniendo vivo un ecosistema único que alberga especies vegetales y animales adaptadas específicamente a estas condiciones extremas de viento y aridez.