La mensajería instantánea se ha convertido en el terreno de juego preferido por los ciberdelincuentes. La popularidad de aplicaciones como WhatsApp ha disparado las estafas digitales hasta niveles nunca vistos en España. La OCU viene alertando desde hace meses sobre una modalidad particularmente peligrosa que está dejando a miles de ciudadanos sin sus ahorros en cuestión de segundos. No es casualidad que los estafadores hayan perfeccionado sus métodos justo cuando la digitalización bancaria ha alcanzado su punto álgido.
Estos mensajes fraudulentos aparecen en nuestros teléfonos con una apariencia tan profesional que resulta prácticamente imposible distinguirlos de comunicaciones legítimas. Utilizan logotipos oficiales, tonos corporativos y hasta replican el estilo comunicativo de entidades reconocidas para ganarse nuestra confianza. Lo más preocupante es que estas estafas evolucionan constantemente para eludir los filtros de seguridad. La sofisticación alcanzada por estos delincuentes digitales ha provocado que incluso personas con conocimientos tecnológicos avanzados caigan en la trampa, demostrando que nadie está completamente a salvo de convertirse en víctima.
4LOS SECTORES MÁS SUPLANTADOS SEGÚN EL ÚLTIMO INFORME DE LA OCU
El análisis de miles de denuncias recibidas revela patrones claros sobre los sectores más frecuentemente suplantados. Las entidades bancarias continúan encabezando la lista, con campañas que explotan la relación de confianza entre estas instituciones y sus clientes. La OCU ha identificado un alarmante aumento en los intentos de phishing que imitan a los cinco principales bancos que operan en España. Los estafadores aprovechan eventos cotidianos como renovaciones de tarjetas o actualizaciones de seguridad para hacer creíbles sus engaños. Esta estrategia resulta particularmente efectiva porque coincide con comunicaciones legítimas que los usuarios están acostumbrados a recibir.
Las empresas de paquetería y servicios públicos ocupan el segundo lugar en la lista de entidades más suplantadas. Con el auge del comercio electrónico, los mensajes fraudulentos sobre supuestos paquetes retenidos o tasas pendientes han encontrado un terreno fértil. La OCU ha documentado cómo estas estafas suelen intensificarse en períodos de alta actividad comercial como Navidad o Black Friday. Los mensajes solicitan el pago de pequeñas cantidades, generalmente inferiores a 3 euros, lo que reduce las sospechas de las víctimas. Sin embargo, detrás de estos micropagos se esconde el verdadero objetivo: capturar los datos bancarios completos del usuario. La falsa sensación de seguridad que genera la pequeña cantidad solicitada constituye uno de los ganchos más efectivos utilizados por los ciberdelincuentes.
