Vivimos hiperconectados, una realidad tan cotidiana que a menudo olvidamos la puerta de entrada a ese universo digital. Ese discreto aparato, el router, es el guardián silencioso de nuestro acceso a la red y, como tal, puede ser el primer objetivo de quienes buscan vulnerar nuestra privacidad o seguridad. La mayoría de las veces, este dispositivo funciona en un segundo plano, ignorado hasta que la conexión falla o se ralentiza inexplicablemente.
Pocos se detienen a pensar en la información que transmiten las pequeñas luces parpadeantes de su dispositivo. Sin embargo, estos indicadores luminosos son un canal de comunicación vital, capaz de alertarnos sobre funcionamientos anómalos e incluso sobre la presencia de intrusos en nuestra red doméstica. Interpretar correctamente estas señales puede marcar la diferencia entre una anécdota y un serio problema de seguridad, convirtiendo al usuario en la primera línea de defensa de su propio ciberespacio.
2LA LUZ DE ALARMA: CUANDO EL PARPADEO SE VUELVE SOSPECHOSO

El verdadero motivo de preocupación surge cuando observamos una actividad inusual y frenética en las luces de datos o WLAN, especialmente si esta actividad no se corresponde con nuestro uso de la red. Si todos los ordenadores están apagados o en reposo y los móviles no están realizando descargas masivas, un parpadeo constante y rápido de estas luces es una bandera roja, indicativa de que se está transmitiendo una cantidad significativa de información sin nuestro consentimiento, una clara señal de que tu router podría estar comprometido.
Esta actividad anómala suele significar que alguien o algo está utilizando nuestra conexión de forma subrepticia, ya sea un vecino que ha conseguido la contraseña, un dispositivo infectado en nuestra propia red que forma parte de una botnet, o, en el peor de los casos, un atacante que ha logrado acceder al router. La velocidad y persistencia del parpadeo, sin una causa justificada por nuestra actividad, son los síntomas clave de una posible intrusión o de la acción de software malicioso.