El llamado caso Supercopa cuenta desde hace un par de semanas con la representación procesal del despacho barcelonés Vosseler Abogados, fundado por el abogado Daniel Vosseler. De esta manera, la acusación ejercida por la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte de Miguel Ángel Galán, se hace cargo de todo el proceso legal en el que está imputados el ex presidente de la RFEF, Luis Rubiales y el ex jugador del FC Barcelona, Gerard Piqué, entre otros.
La juez de Majadahonda que instruye la causa investiga las presuntas irregularidades en el contrato que llevó la Supercopa de España a Arabia Saudí y la acusación deberá ahora darle el impulso necesario para llegar a la apertura de juicio oral llegue finalmente a juicio. El despacho Vosseler toma el relevo con el visto bueno de la anterior abogada de Galán, en un contexto de parálisis procesal en los juzgados de Majadahonda (Madrid).
PRIMERA QUERELLA
Miguel Ángel Galán presentó la denuncia a través de su asociación en mayo de 2022. En ella se cuestionaba la legalidad del acuerdo que permitió llevar la Supercopa de España a Riad, capital de Arabai Saudí y se acusa al entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, de haber favorecido a Kosmos, empresa del ex futbolista Gerard Piqué mediante una adjudicación sin una licitación previa, ni concurso público.
Gracias a esa organización la empresa Kosmos ganó cuatro millones de euros anuales por el pacto de celebración de seis ediciones de la Supercopa en Arabia. La querella se argumenta por parte de Galán en que la Supercopa es una competición de carácter público y haberla sacado de España requería de un permiso previo del Consejo Superior de Deportes (CSD), que no fue pedido.
De este modo, el contrato firmado en 2019 entre Kosmos, la RFEF y Sela, el organizador árabe, estipulaba un ingreso anual de 40 millones de euros desde Arabia Saudí. Parte de esa suma se repartía entre los clubes participantes, principalmente Barcelona y Real Madrid, y la empresa de Piqué cobraba cuatro millones cada edición.
Galán denunciaba también el reparto desigual entre clubes, ya que en su primera edición el FC Barcelona y el Real Madrid recibieron ocho millones cada uno, el Valencia dos, y el Real Betis uno, lo que provocaba la paradoja de que el intermediario cobraba más que los equipos participantes.
El ex futbolista Piqué defendió la legalidad el contrato en sus redes sociales, aunque admitió que «la gente puede dudar de si es moralmente correcto o si hay un conflicto de intereses». Para Galán, sin embargo, la RFEF no necesitaba intermediarios para esta operación.
PIQUÉ NEGÓ HABER PAGADO A RUBIALES
La última actuación judicial tuvo lugar el pasado 14 de marzo cuando Gerard Piqué acudió a declarar en el juzgado de Majadahonda. El exfutbolista del FC Barcelona y empresario Gerard Piqué negó haber pagado al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales o a la entidad por actuar como intermediario de los saudíes en el contrato para el traslado de la ‘Supercopa’ de fútbol masculino de España a Arabia Saudí. Durante un momento de su declaración el ex futbolista rompía a llorar ante la juez que instruye la causa.
Piqué también negaba irregularidades en la comisión de 4 millones anuales -a abonar durante 10 años- que en 2020 su grupo empresarial, Kosmos, pactó recibir de la empresa pública saudí SELA por el contrato que firmó la RFEF para llevar la competición al país árabe.
El ex jugador declaraba en la misma línea que defendió su abogado en un escrito que presentó ante el juzgado. La defensa aportó 15 facturas emitidas por Kosmos a la Federación de Fútbol de Arabia Saudí (SAAF) por importe global de 12 millones de euros, así como comprobantes bancarios y una cadena de correos electrónicos. Dicha suma se ha ido abonando a una cuenta de Kosmos que la juez bloqueó el pasado mes de abril en el marco de la investigación.
El abogado de Piqué defendió que dicha documentación evidencia «la normalidad en la relación contractual y la aceptación de los servicios de intermediación efectivamente prestados», según el escrito.
Piqué respondía durante casi dos horas a la juez, al fiscal y a su abogado, y aseguraba estar orgulloso de haber conseguido el que considera el mejor contrato de la RFEF. Piqué incidía en que si en algún momento dio a entender que tenía el encargo de la Federación para mediar en la Supercopa, lo rectificó en rueda de prensa.
Y manifestaba o que en un principio el acuerdo con SELA fue verbal; en concreto, lo calificó como un «pacto de caballeros». También explicó que una vez que la negociación se consolidó, propuso a SELA cerrar la posición de Kosmos y hablaron con la RFEF para conseguir dicha protección en el contrato a través de una cláusula que los saudíes finalmente admitieron.
En el marco su declaración, también señaló que tuvo problemas para cobrar y que, en su intento de solucionarlo, llamó a Rubiales para que le ayudara. Según dijo, cree que el entonces presidente de la RFEF habló con los saudíes del asunto.
Al cierre de su intervención, Piqué pedía la palabra visiblemente emocionado para asegurar que le parece una injusticia estar involucrado en esta causa desde más de un año.
LOS INDICIOS QUE APRECIA LA JUEZ
El ex futbolista comparecía en sede judicial 10 meses después de que la magistrada Delia Rodrigo acordara incluirle en la lista de imputados, en la que figuran los ex presidentes de la RFEF Luis Rubiales y Pedro Rocha, quienes ya declararon en esta causa en la que se investigan presuntos delitos de corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales.
La instructora le imputó al apreciar indicios delictivos en la comisión que cobró Kosmos por parte de SELA. La juez recalcó que el contrato incluyó unas adendas por las que se prorrogaban los acuerdos cuatro años más, pactándose mantener una prima de éxito en favor de Kosmos durante los años de la prórroga. «En definitiva, para la RFEF habrá supuesto, si se cumple el acuerdo hasta su término, unos ingresos de 400 millones y para la empresa de Piqué 40 millones», indicaba la juez.
En esta línea, la instructora ponía el foco en una cláusula que se denominó «esencial» por la que la RFEF «trataba de garantizar el pago de la comisión de 4 millones de euros anuales en favor de Kosmos, aun cuando esta empresa formalmente sería la comisionista de SELA». También subrayaba que, «al tiempo del contrato», Piqué era jugador activo del FC Barcelona, que participaba en la Supercopa.