lunes, 19 mayo 2025

La DGT te cazará si usas el móvil así, y te costará 6 puntos de golpe

La mala costumbre de utilizar el teléfono mientras se conduce se ha convertido en una de las infracciones más perseguidas en las carreteras españolas. La DGT ha endurecido su postura frente a este comportamiento temerario que pone en riesgo la vida de conductores y peatones por igual. Los datos son contundentes: manipular el móvil mientras se está al volante multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente, equiparándose al peligro de conducir bajo los efectos del alcohol.

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El uso del dispositivo móvil se ha transformado en la distracción más peligrosa y frecuente al volante, provocando cada año cientos de siniestros viales con consecuencias fatales. Las autoridades de tráfico no solo han reforzado los controles en carretera, sino que también han implementado nuevas tecnologías de vigilancia que permiten detectar esta infracción incluso cuando el conductor cree pasar desapercibido. Cámaras especiales, drones y agentes camuflados forman parte del arsenal con el que la DGT combate esta imprudencia que, lejos de disminuir, sigue siendo una de las principales causas de accidentalidad en nuestras vías.

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SANCIONES QUE DEJARÁN TU CARNET Y TU BOLSILLO TOCADOS

Fuente: Freepik

El endurecimiento de las penalizaciones por usar el móvil al volante refleja la gravedad con que la DGT considera esta infracción. La sanción económica asciende a 200 euros, una cantidad considerable pero que palidece frente al verdadero golpe: la pérdida de 6 puntos del permiso de conducir. Esta reducción de puntos, que duplica la penalización que existía hace apenas unos años cuando solo se restaban 3 puntos, sitúa esta infracción al mismo nivel que conducir bajo los efectos del alcohol o circular en sentido contrario.

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Para muchos conductores profesionales o personas que dependen de su vehículo para trabajar, la pérdida de 6 puntos supone un serio revés que puede incluso afectar a su situación laboral. Recuperar estos puntos no es sencillo: requiere esperar dos años sin cometer infracciones o asistir a costosos cursos de recuperación parcial. Además, en caso de reincidencia o si se detectan circunstancias agravantes como circular a alta velocidad mientras se manipula el teléfono, las consecuencias pueden ser aún más severas, llegando incluso a considerarse un delito contra la seguridad vial en los casos más extremos.

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