Aparcar en una pendiente puede parecer una maniobra sencilla, pero esconde una serie de obligaciones que muchos conductores pasan por alto en su día a día. La DGT ha intensificado los controles sobre esta infracción que, aunque parezca menor, puede acarrear graves consecuencias tanto para la seguridad vial como para nuestro bolsillo. Un simple despiste al estacionar en una cuesta puede suponer una sanción de 200 euros, una cuantía que refleja la gravedad que la normativa otorga a este tipo de infracciones relacionadas con la seguridad en las vías públicas.
Los agentes de tráfico están especialmente atentos a aquellos vehículos que permanecen estacionados en pendientes sin las medidas de seguridad obligatorias que establece el Reglamento General de Circulación. La DGT considera estas infracciones como graves por el riesgo potencial que suponen para otros usuarios de la vía. Un vehículo mal estacionado en una pendiente puede convertirse en un peligroso proyectil si se desplaza sin control, provocando accidentes de consecuencias imprevisibles que podrían haberse evitado con el simple cumplimiento de la normativa vigente.
1LA TRIPLE PROTECCIÓN QUE EXIGE LA DGT PARA APARCAR EN PENDIENTE

El artículo 92 del Reglamento General de Circulación establece con claridad las medidas obligatorias al estacionar en pendiente. La normativa no deja lugar a interpretaciones y exige que todo conductor adopte un triple sistema de seguridad cuando aparca en una cuesta. Primero, es imprescindible accionar el freno de mano hasta el tope, asegurándose de que queda correctamente bloqueado. Segundo, debe dejarse engranada la marcha adecuada según la orientación de la pendiente: primera velocidad si es ascendente o marcha atrás si es descendente. Y tercero, orientar las ruedas de manera que, en caso de fallo de los frenos, el vehículo no pueda deslizarse hacia la calzada.
En el caso de vehículos pesados o aquellos que remolcan, la DGT añade una cuarta obligación: la colocación de calzos homologados. Estos elementos de seguridad son fundamentales para garantizar la inmovilización completa del vehículo en pendientes pronunciadas. No cumplir con estas medidas no solo pone en riesgo la seguridad de todos, sino que supone una infracción grave que los agentes de la DGT están sancionando con 200 euros en controles cada vez más frecuentes en zonas urbanas con cuestas pronunciadas.