Aparcar en una pendiente puede parecer una maniobra sencilla, pero esconde una serie de obligaciones que muchos conductores pasan por alto en su día a día. La DGT ha intensificado los controles sobre esta infracción que, aunque parezca menor, puede acarrear graves consecuencias tanto para la seguridad vial como para nuestro bolsillo. Un simple despiste al estacionar en una cuesta puede suponer una sanción de 200 euros, una cuantía que refleja la gravedad que la normativa otorga a este tipo de infracciones relacionadas con la seguridad en las vías públicas.
Los agentes de tráfico están especialmente atentos a aquellos vehículos que permanecen estacionados en pendientes sin las medidas de seguridad obligatorias que establece el Reglamento General de Circulación. La DGT considera estas infracciones como graves por el riesgo potencial que suponen para otros usuarios de la vía. Un vehículo mal estacionado en una pendiente puede convertirse en un peligroso proyectil si se desplaza sin control, provocando accidentes de consecuencias imprevisibles que podrían haberse evitado con el simple cumplimiento de la normativa vigente.
2EL FRENO DE MANO: EL GRAN OLVIDADO QUE TE CUESTA 200 EUROS

El error más común que cometen los conductores al aparcar en pendiente es no accionar correctamente el freno de estacionamiento, comúnmente conocido como freno de mano. Muchos confían exclusivamente en dejar el vehículo engranado en una marcha, obviando que esta medida por sí sola no garantiza la inmovilización completa. La DGT ha detectado un aumento preocupante de este tipo de infracciones, especialmente con la llegada de los frenos de estacionamiento electrónicos que algunos conductores aún no saben utilizar correctamente. Cuando los agentes comprueban que un vehículo estacionado en pendiente no tiene accionado el freno de mano, proceden a imponer una sanción económica de 200 euros por tratarse de una infracción catalogada como grave en el régimen sancionador de tráfico.
Este importe puede reducirse a la mitad si se abona en el período voluntario, quedando en 100 euros, pero sigue siendo una cantidad considerable para lo que muchos consideran un simple descuido. Lo más preocupante es que, según datos de la propia DGT, estas infracciones están detrás de numerosos incidentes en los que vehículos mal estacionados acaban desplazándose pendiente abajo y provocando daños materiales o incluso personales. El freno de mano no es un elemento opcional o decorativo, sino un mecanismo de seguridad fundamental cuyo uso es obligatorio siempre que se estaciona, independientemente de si hay pendiente o no, aunque en cuestas su relevancia se multiplica.