Los últimos meses están siendo movidos para el Gobierno de Pedro Sánchez en materia de Defensa. Las nuevas circunstancias geopolíticas han cambiado las reglas del tablero de juego entre las naciones. Especialmente tras la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, el cual ha pedido y obligado a sus aliados europeos y de la OTAN que asuman sus responsabilidades en cuanto al gasto militar. El mandatario norteamericano dejó claro desde el inicio de este nuevo mandato que no va a ser protector gratuito de nadie.
Una nueva situación que ha pillado a contrapié a los países de la Unión Europea (UE), que han visto como han tenido que asumir unas tareas y un gasto que hasta ahora, en cierta medida, se lo dejaban a los norteamericanos. Entre estas nuevas medidas se encuentra la antigua aspiración de elevar el gasto en Defensa hasta el 2%, algo difícil para España, pero que hará durante este ejercicio.
Pero una medida que según avanzan los días está quedando bastante obsoleta y más cuando se ven las nuevas necesidades de refuerzo de nuestro Ejército, que aun tiene varias fallas, de forma especial en su capacidad de fuego y misiles. Además, de las necesarias mejoras en otros aspectos como drones, blindados, carros de combate, etc. Por este motivo, ya hay algunas reconocidas voces que la realidad se ajustará más al aumento en Defensa de hasta un 5%.

RECHAZO DE LA OPOSICIÓN
En este sentido, Sánchez va a tener difícil dar una nueva pirueta para alcanzar semejante cifra del 5%, como prueba las dificultades que ha tenido con sus diferentes socios de Gobierno estos días. Sánchez ha tenido que justificar aduras penas el aumento del gasto hasta el 2% para poder llevar a cabo ese rearme el Consejo de Ministros aprobó hace unas semanas el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa.
Aprobando un plan para reasignar 10.500 millones de gasto a Defensa, sin pasar por las Cortes, redirigiendo partidas presupuestarias, fondos europeos o el ahorro de los intereses de la deuda. Algo que lo enfrentó con sus socios, especialmente con Sumar. La formación de Yolanda Díaz se muestra totalmente contraria a este Plan. Y el Gobierno estuvo varios días en vilo, especialmente con la posición de Podemos, que amenazó con romper el apoyo al Ejecutivo.
Ahora las nuevas exigencias parecen debilitar todavía más la posición de Sánchez que tendrá que hacer de nuevo malabares para poder salvar este escollo, un nuevo sobresalto que ha venido de la OTAN. Allí, su secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se mostró convencido la semana pasada que España elevará su compromiso de gasto en defensa hasta el 5% en la próxima década, tal y como exige Estados Unidos al resto de socios de la Alianza de cara a la próxima cumbre que reunirá a los líderes aliados el próximo junio en La Haya.

«Sin duda», zanjó Rutte a su llegada a la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) que se celebra en Tirana, cuando un periodista preguntó por si confiaba en que España se sume a esta meta. Días atrás, también el secretario del Departamento de Estado estadounidense, Marco Rubio, aseguró que «todos» los países de la OTAN suscribirán en la cumbre el compromiso del 5%.
Se espera que en la cumbre del 24 al 26 de junio en La Haya, los miembros de la OTAN validen un nuevo objetivo de gasto militar de al menos el 3,5% para hacer frente al nuevo contexto geopolítico y las presiones de Estados Unidos, quien, no obstante, presiona para que ese compromiso sea aún mayor, de al menos un 5%.
En este contexto, el presidente del Gobierno anunció en abril el citado paquete de 10.471 millones de euros adicionales en Defensa para que España alcance su compromiso de llegar al 2% del PIB este mismo año 2025, que ahora parece que será un problema esta nueva petición. aunque algunas fuentes aseguran que puede ceder y que sus sustitutos en años venideros carguen con esta firma.
Según el último informe de la OTAN, España fue el pasado año el aliado de la OTAN que menos invirtió en gasto militar con una partida del 1,24% del PIB, por detrás de Eslovenia, Luxemburgo y Bélgica, a pesar de que los aliados pactaron en 2024 llegar todos a un mínimo del 2% en el horizonte de 2024. Estados Unidas presiona para mejorar esto y Sánchez dará una nueva pirueta para decir si a todos y aguantar un poco más.
