La primera comida del día ha sido objeto de debate entre expertos durante décadas, pero ahora parece haber consenso científico sobre un modelo específico. El desayuno andaluz, caracterizado por su sencillez y riqueza nutricional, acaba de recibir el respaldo oficial de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), que lo ha catalogado como ejemplo perfecto de alimentación matutina saludable. Esta distinción no sorprende a quienes llevan años defendiendo los beneficios de la dieta mediterránea, pero sí supone un espaldarazo definitivo a una tradición culinaria con siglos de historia.
La combinación de pan con aceite de oliva virgen extra, tomate natural y, opcionalmente, algún alimento proteico como jamón o queso fresco, acompañada de una pieza de fruta y café, constituye una fórmula perfecta de nutrientes para comenzar la jornada. Los especialistas de la SENC han valorado especialmente el equilibrio entre hidratos de carbono complejos, grasas saludables y proteínas que aporta este tipo de desayuno tradicional, así como su versatilidad para adaptarse a diferentes necesidades nutricionales. Además, han destacado la importancia de recuperar hábitos alimentarios propios frente a la creciente influencia de modelos foráneos menos adecuados para nuestra salud.
5LA RECUPERACIÓN DEL DESAYUNO COMO RITUAL SOCIAL Y FAMILIAR

Más allá de sus beneficios nutricionales, el reconocimiento del desayuno andaluz por parte de la SENC pretende reivindicar el valor cultural de esta primera comida del día. En una sociedad cada vez más acelerada, donde muchas personas prescinden del desayuno o lo reducen a un café rápido, recuperar el tiempo dedicado a esta comida supone un beneficio adicional para la salud mental y emocional, según recoge el informe de los especialistas. La tradición andaluza de dedicar un tiempo pausado al desayuno, especialmente durante los fines de semana, representa un modelo de alimentación consciente.
Las recomendaciones de la SENC incluyen no solo qué comer sino cómo hacerlo. El desayuno andaluz tradicional invita a sentarse a la mesa, a saborear cada bocado y a comenzar el día sin prisas. Esta aproximación contrasta con el modelo actual de consumo rápido y desatento que predomina en entornos urbanos. Los estudios sobre cronobiología y nutrición demuestran que la forma de ingerir los alimentos influye notablemente en su aprovechamiento metabólico, siendo la ingesta pausada y consciente un factor que favorece la digestión adecuada y previene problemas gastrointestinales tan habituales en la sociedad contemporánea. La promoción del desayuno andaluz representa, por tanto, no solo una recomendación nutricional sino un llamamiento a reconsiderar nuestros hábitos alimentarios desde una perspectiva más amplia e integradora.