jueves, 22 mayo 2025

Descubre el ‘asesino silencioso’ presente en muchas cocinas españolas que no es ni la sal ni el azúcar, pero puede poner en riesgo tu salud

La cocina española, reconocida mundialmente por sus sabores y tradiciones, esconde entre sus utensilios un asesino silencioso que pasa inadvertido para la mayoría de los ciudadanos. Nos preocupamos por reducir el consumo de sal, moderar el azúcar o elegir alimentos frescos, pero ignoramos un peligro que utilizamos a diario y que puede comprometer nuestra salud a largo plazo.

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Los plásticos se han convertido en protagonistas de nuestras cocinas por su practicidad, precio y versatilidad, acompañándonos en el almacenamiento, calentamiento y hasta en la cocción de alimentos. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que estos materiales, especialmente cuando entran en contacto con alimentos calientes, pueden liberar compuestos químicos potencialmente tóxicos que migran directamente a nuestra comida. Esta realidad silenciosa se transforma en un riesgo invisible que afecta a millones de hogares sin que sus habitantes sean conscientes de ello.

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LA TRISTE REALIDAD: MICROPLÁSTICOS EN NUESTRO CUERPO

Fuente: Freepik

Uno de los aspectos más alarmantes de este asesino silencioso es la presencia de microplásticos en nuestro organismo. Estos diminutos fragmentos, inferiores a cinco milímetros, se desprenden de los envases y utensilios con el uso cotidiano, especialmente cuando sometemos el plástico a condiciones extremas como el calor intenso del microondas. Un estudio reciente publicado en la revista Environmental Science & Technology reveló que una persona media podría estar ingiriendo aproximadamente cinco gramos de plástico semanalmente, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.

Las consecuencias a largo plazo de la acumulación de estos microplásticos en nuestro cuerpo son todavía objeto de investigación, pero los indicios preliminares resultan preocupantes. Estos fragmentos microscópicos pueden transportar otras sustancias tóxicas adheridas a su superficie y atravesar barreras biológicas, llegando a tejidos donde actúan como un asesino silencioso. La detección de microplásticos en muestras de sangre, placenta e incluso en tejido pulmonar evidencia que estos materiales no permanecen confinados al sistema digestivo, sino que pueden distribuirse por todo el organismo con potenciales efectos nocivos cuya magnitud apenas comenzamos a comprender.

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