Circular por las carreteras españolas implica conocer la normativa vigente para evitar sanciones innecesarias. La DGT sanciona numerosas infracciones que los conductores cometen a diario, muchas veces por desconocimiento o por hábitos arraigados que consideran inofensivos. Entre estas prácticas destaca el denominado ‘efecto mirón’, un comportamiento tan común como peligroso que consiste en reducir la velocidad o incluso detenerse para observar un accidente de tráfico, pudiendo provocar nuevos siniestros o retenciones.
Las estadísticas hablan por sí solas: más del 30% de los atascos en vías interurbanas están provocados por conductores que ralentizan su marcha ante cualquier incidente. Este fenómeno, que los psicólogos explican por una mezcla de curiosidad natural y morbo, representa un serio problema de seguridad vial que las autoridades intentan atajar con medidas sancionadoras específicas. Los agentes de tráfico han intensificado la vigilancia en los últimos meses con el objetivo de reducir estos comportamientos que, aunque parezcan inocuos, generan situaciones de alto riesgo en las carreteras españolas.
1¿EN QUÉ CONSISTE EXACTAMENTE EL ‘EFECTO MIRÓN’ EN CARRETERA?
El ‘efecto mirón’, conocido técnicamente como comportamiento de distracción visual secundaria, se produce cuando un conductor desvía su atención de la conducción para observar elementos ajenos a la circulación. No se trata simplemente de una mala costumbre, sino de una distracción que puede tener consecuencias fatales si coincide con situaciones imprevistas en la vía. La DGT ha identificado este comportamiento como uno de los factores contribuyentes en aproximadamente el 15% de los accidentes secundarios en autopistas y autovías.
La curiosidad humana nos empuja instintivamente a observar lo extraordinario, pero al volante esta tendencia natural se convierte en un riesgo. Cuando un conductor disminuye bruscamente la velocidad para mirar un accidente, provoca un efecto dominó que puede extenderse varios kilómetros hacia atrás y multiplicar exponencialmente el riesgo de colisiones por alcance. Los expertos en seguridad vial aseguran que este comportamiento es especialmente peligroso porque combina dos factores de riesgo: la distracción visual y la alteración inesperada del ritmo de circulación, elementos que la DGT vigila estrechamente en sus campañas de control.