Las carreteras españolas son un escenario en constante evolución, un tablero donde las reglas cambian, a veces, con una velocidad que pilla desprevenido al conductor más experimentado. No hace mucho que la Jefatura Central de Tráfico, esa entidad conocida simplemente como DGT y de la que todos tenemos una opinión formada, decidió introducir una nueva señalización vial que, por su naturaleza específica, está generando más de un dolor de cabeza y, lo que es peor, unas cuantas multas inesperadas para quienes no andan con los ojos bien abiertos. Estamos hablando de un distintivo que, aunque parece sencillo a primera vista, encierra una complejidad que radica en su carácter temporal y en los escenarios donde decide aparecer, menudo lío.
Este nuevo aviso, discreto pero crucial, se refiere a las restricciones de acceso que pueden imponerse en determinadas zonas, muchas de ellas asociadas a lo que ya conocemos como Zonas de Bajas Emisiones, pero con el matiz de la provisionalidad. Su implantación, especialmente ahora que llegan los meses de más movimiento en las carreteras con el verano a la vuelta de la esquina y los desplazamientos vacacionales o de fin de semana, no está pasando desapercibida para el bolsillo de cientos de automovilistas. La sorpresa llega al encontrarse con una sanción por haber accedido a un área que, minutos antes o días atrás, estaba permitida, un claro ejemplo de cómo la falta de información o un simple despiste al volante puede salir realmente caro. Es vital entender de qué va esta señal y por qué está causando tanto revuelo antes de convertirse en una víctima más de su aparente inocuidad.
5CÓMO MANTENERSE ALERTA Y EVITAR LA SANCIÓN

Ante este panorama de señalización dinámica y multas al acecho, la única defensa real del conductor es la información y la anticipación. No basta con conocer las señales de tráfico básicas; es imperativo estar al día de las normativas de circulación de las ciudades o zonas por las que se transita habitualmente o a las que se planea viajar, especialmente en lo referente a Zonas de Bajas Emisiones, tanto permanentes como temporales. Consultar los avisos de los ayuntamientos, estar atento a los paneles informativos de tráfico electrónicos en las entradas de las ciudades y seguir las indicaciones de fuentes fiables sobre el estado del tráfico son pasos fundamentales para evitar sorpresas, unos hábitos preventivos que, aunque parezcan tediosos, pueden ahorrarte un buen disgusto económico y la pérdida de puntos en el carné en los casos más graves.
Además de la consulta activa de información, la vieja costumbre de prestar una atención meticulosa a la señalización vertical y horizontal en los tramos finales antes de acceder a un área urbana o a una zona potencialmente restringida sigue siendo la mejor medida de precaución. Aunque el GPS te guíe, sus indicaciones no siempre están actualizadas al minuto con las restricciones temporales, por lo que la vista debe prevalecer sobre el oído electrónico, **una disciplina al volante que, lamentablemente, parece estar perdiéndose en la era de la conducción asistida, pero que la *DGT* recuerda constantemente como pilar de la seguridad vial y del cumplimiento normativo**. Estar atento a las señales específicas de restricción de acceso, buscar las indicaciones sobre si son temporales o aplicables a ciertos vehículos o franjas horarias, y, ante la duda, buscar una ruta alternativa, son claves para no sumarse a la lista de conductores multados por esta señal que, de inocua, tiene muy poco para el bolsillo.