Álex Adrover vuelve a brillar en la pequeña pantalla, esta vez encarnando a un villano de una serie que no tiene nada que envidiar a las grandes telenovelas. El actor mallorquín, ampliamente reconocido por su participación en producciones como ‘Yo soy Bea’, ‘Hospital Central’ o ‘Seis hermanas’, ha demostrado una vez más su versatilidad y magnetismo frente a las cámaras. En paralelo, su popularidad ha vuelto a crecer gracias a su paso por ‘Supervivientes 2025’, donde ha dejado ver una cara más cercana y humana, alejada de la ficción.
Sin embargo, más allá del espectáculo del reality, conviene recordar que Álex Adrover tiene una carrera actoral consolidada y llena de matices. Uno de sus trabajos menos mencionados, pero no por ello menos interesantes, es su papel en ‘Derecho a soñar’, una serie emitida en RTVE en 2019. Aunque la serie tuvo un estreno discreto, esta ficción diaria de 130 episodios se ha ganado con el tiempo el cariño de quienes aprecian las tramas intensas y los conflictos emocionales al estilo clásico, pero con un enfoque moderno y actual.
1Álex Adrover se presenta como el gran villano en pantalla
En ‘Derecho a soñar’, Álex Adrover se mete en la piel de Ángel Belinchón, el antagonista principal de la historia. Su personaje encarna la ambición desmedida, el control y la manipulación dentro del entorno de un bufete de abogados, escenario central de la trama. Ángel es uno de esos villanos que se ganan el odio del espectador con cada aparición, pero que al mismo tiempo no puedes dejar de mirar por la intensidad que Adrover imprime en cada gesto y diálogo.
Este papel marca un antes y un después en su trayectoria televisiva, alejándose del galán tradicional para abrazar la oscuridad de un personaje complejo. Álex Adrover logra que el espectador se cuestione constantemente los límites de la ética profesional y personal, en una ficción donde los intereses empresariales se entrelazan con pasiones, traiciones y secretos del pasado. Su interpretación aporta profundidad a una historia que no solo se nutre de los enredos románticos, sino también del suspense legal y humano.
