jueves, 22 mayo 2025

El mayor laboratorio subterráneo de Europa está bajo un pueblo de Huesca: así es y así funciona

En las profundidades de los Pirineos aragoneses se esconde uno de los secretos científicos mejor guardados de España. La localidad de Canfranc, enclavada en el corazón de Huesca, alberga en sus entrañas el mayor laboratorio subterráneo de Europa dedicado a la investigación en física de partículas. Este complejo científico, conocido como Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC), representa una joya de la ciencia española que, a pesar de su importancia internacional, sigue siendo desconocido para muchos ciudadanos.

Publicidad

La historia de este impresionante centro de investigación se remonta a finales de los años 80, cuando un grupo de científicos visionarios identificó las condiciones ideales que ofrecía el macizo pirenaico oscense para desarrollar experimentos que requerían protección frente a la radiación cósmica. Las montañas de Huesca no solo proporcionaban un escudo natural perfecto, sino que también ofrecían la posibilidad de aprovechar infraestructuras existentes como el túnel ferroviario, transformando un espacio abandonado en un centro científico de vanguardia que hoy compite con las instalaciones más avanzadas del mundo.

1
EL ESCUDO MONTAÑOSO DE HUESCA: LA CLAVE DEL ÉXITO CIENTÍFICO

YouTube video

La ubicación del Laboratorio Subterráneo de Canfranc no es fruto del azar. Las densas capas de roca que conforman las montañas de Huesca actúan como un filtro natural que reduce drásticamente la radiación cósmica, permitiendo a los científicos realizar mediciones extremadamente sensibles sin interferencias externas. Este blindaje natural, equivalente a unos 1.400 metros de roca sobre las instalaciones, crea un entorno único donde los detectores pueden captar señales imposibles de percibir en la superficie.

El entorno geológico de la provincia de Huesca proporciona condiciones excepcionales que pocos lugares en el mundo pueden igualar. La combinación de accesibilidad y profundidad hace del LSC un emplazamiento privilegiado para la comunidad científica internacional. La masa rocosa pirenaica no solo protege los experimentos, sino que también genera un ambiente con niveles de radiactividad natural extremadamente bajos, condición indispensable para la investigación de fenómenos raros como la detección de materia oscura o el estudio de neutrinos.

Atrás
Publicidad
Publicidad