En las profundidades de los Pirineos aragoneses se esconde uno de los secretos científicos mejor guardados de España. La localidad de Canfranc, enclavada en el corazón de Huesca, alberga en sus entrañas el mayor laboratorio subterráneo de Europa dedicado a la investigación en física de partículas. Este complejo científico, conocido como Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC), representa una joya de la ciencia española que, a pesar de su importancia internacional, sigue siendo desconocido para muchos ciudadanos.
La historia de este impresionante centro de investigación se remonta a finales de los años 80, cuando un grupo de científicos visionarios identificó las condiciones ideales que ofrecía el macizo pirenaico oscense para desarrollar experimentos que requerían protección frente a la radiación cósmica. Las montañas de Huesca no solo proporcionaban un escudo natural perfecto, sino que también ofrecían la posibilidad de aprovechar infraestructuras existentes como el túnel ferroviario, transformando un espacio abandonado en un centro científico de vanguardia que hoy compite con las instalaciones más avanzadas del mundo.
2DENTRO DEL GIGANTE CIENTÍFICO: ESPACIOS Y TECNOLOGÍA DE VANGUARDIA

Las instalaciones del laboratorio impresionan tanto por su magnitud como por su complejidad técnica. Con más de 1.600 metros cuadrados de instalaciones subterráneas, el LSC cuenta con tres salas principales donde se desarrollan diversos experimentos simultáneamente. La construcción de este complejo bajo las montañas oscenses supuso un desafío técnico considerable, requiriendo soluciones innovadoras para garantizar la estabilidad y seguridad de las cavernas excavadas sin comprometer las condiciones necesarias para los experimentos.
El acceso al laboratorio se realiza a través del antiguo túnel ferroviario de Canfranc, una infraestructura histórica que ha encontrado un nuevo propósito al servicio de la ciencia. Una vez en el interior, los investigadores disponen de laboratorios equipados con tecnología de última generación, sistemas de filtración de aire ultrapuro y protocolos de limpieza extremadamente rigurosos. La logística para mantener operativo un centro de estas características en Huesca es compleja, involucrando desde el transporte de materiales ultrasensibles hasta el mantenimiento de sistemas críticos en un entorno subterráneo que debe funcionar con precisión las 24 horas del día.