En las profundidades de los Pirineos aragoneses se esconde uno de los secretos científicos mejor guardados de España. La localidad de Canfranc, enclavada en el corazón de Huesca, alberga en sus entrañas el mayor laboratorio subterráneo de Europa dedicado a la investigación en física de partículas. Este complejo científico, conocido como Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC), representa una joya de la ciencia española que, a pesar de su importancia internacional, sigue siendo desconocido para muchos ciudadanos.
La historia de este impresionante centro de investigación se remonta a finales de los años 80, cuando un grupo de científicos visionarios identificó las condiciones ideales que ofrecía el macizo pirenaico oscense para desarrollar experimentos que requerían protección frente a la radiación cósmica. Las montañas de Huesca no solo proporcionaban un escudo natural perfecto, sino que también ofrecían la posibilidad de aprovechar infraestructuras existentes como el túnel ferroviario, transformando un espacio abandonado en un centro científico de vanguardia que hoy compite con las instalaciones más avanzadas del mundo.
4EL IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL EN LA PROVINCIA DE HUESCA

Más allá de su relevancia científica, el Laboratorio Subterráneo de Canfranc ha supuesto un revulsivo económico para la comarca. La instalación genera empleo directo para personal científico y técnico, pero también ha impulsado el desarrollo de servicios auxiliares en la zona. Hoteles, restaurantes y empresas locales se benefician de la presencia constante de investigadores y visitantes internacionales que acuden a Huesca atraídos por este centro de excelencia. El turismo científico, una modalidad en auge que combina el interés por la ciencia con el disfrute del patrimonio natural y cultural, encuentra en Canfranc un destino privilegiado.
La presencia del laboratorio en esta pequeña localidad oscense ha puesto a Huesca en el mapa de la ciencia mundial. Las visitas guiadas organizadas periódicamente permiten al público general conocer estas instalaciones, fomentando el interés por la ciencia entre jóvenes y adultos. Esta apertura hacia la divulgación científica ha convertido al laboratorio en un activo educativo de primer orden para la provincia, generando vocaciones científicas entre los estudiantes locales y contribuyendo a la construcción de una sociedad más informada sobre los avances en física fundamental y sus aplicaciones prácticas.