La revolución silenciosa en el mundo de las telecomunicaciones ya está aquí y promete transformar nuestra forma de conectarnos a internet. El Li-Fi, esta tecnología emergente que utiliza haces de luz LED para transmitir datos, podría dejar obsoleto al Wi-Fi tradicional en cuestión de años. Las velocidades alcanzadas en los últimos ensayos superan con creces las de cualquier conexión doméstica actual, abriendo un abanico de posibilidades que hasta hace poco parecían ciencia ficción.
Los expertos del sector llevan años vaticinando un cambio de paradigma en las conexiones inalámbricas y parece que por fin estamos ante el candidato definitivo. Mientras nuestras redes Wi-Fi actuales se saturan por el creciente número de dispositivos y la demanda de mayor ancho de banda, los sistemas basados en Li-Fi podrían ofrecer velocidades cien veces superiores sin los problemas de interferencias que tanto limitan a la tecnología actual. Esta innovación no solo promete velocidades vertiginosas, sino también una seguridad reforzada y un consumo energético considerablemente menor, aspectos cada vez más valorados por usuarios y empresas.
3BARRERAS Y LIMITACIONES: LOS RETOS PENDIENTES DEL LI-FI

A pesar de sus prometedoras características, el camino hacia la adopción masiva del Li-Fi no está exento de obstáculos. La limitación más evidente es la incapacidad de la luz para atravesar objetos opacos, lo que significa que la señal queda interrumpida por paredes, muebles o incluso personas que se interpongan entre el emisor y el receptor. Esta característica, ventajosa desde el punto de vista de la seguridad, plantea retos importantes para la cobertura en espacios amplios o compartimentados. La solución pasaría por instalar múltiples puntos de acceso Li-Fi estratégicamente ubicados, incrementando los costes de implementación inicial en comparación con un sistema Wi-Fi convencional que puede cubrir espacios similares con menos equipamiento.
Otro desafío significativo radica en la necesidad de adaptar los dispositivos actuales para que puedan recibir señales Li-Fi. La mayoría de teléfonos, ordenadores y tabletas carecen actualmente de los receptores necesarios para captar estas transmisiones luminosas. Los fabricantes deberían incorporar sensores fotosensibles específicos en sus nuevos modelos, lo que implica un período de transición potencialmente largo. Además, el Li-Fi requiere que las luces permanezcan encendidas para mantener la conexión, lo que podría resultar problemático en ciertos escenarios o momentos del día, aunque ya se están desarrollando soluciones que utilizan luz infrarroja o niveles de iluminación tan bajos que resultan imperceptibles al ojo humano.