Natalia Sánchez se ha ganado un lugar destacado en la televisión española gracias a su evolución constante como actriz. Tras consolidarse con su papel de Teté en la inolvidable ‘Los Serrano’, su participación en ‘Sueños de libertad’ le ha permitido demostrar una madurez interpretativa notable en un drama de época que ha conquistado al público. Sin embargo, la intérprete ha decidido tomar distancia de este universo narrativo para redescubrir uno muy diferente: el de la intriga judicial y el thriller psicológico.
Su incorporación al proyecto ‘Acusados’, una serie de 2009 que ha vuelto a generar interés entre los seriéfilos, representa un cambio radical en el tipo de personajes y tramas que suele abordar. Natalia Sánchez, con una actuación más contenida y compleja, se aleja del melodrama para sumergirse en una historia cargada de tensión, giros inesperados y dilemas éticos. Una decisión que no solo amplía su abanico actoral, sino que también permite al público reencontrarse con una faceta menos conocida de su carrera.
1Natalia Sánchez hace parte de una serie con peso y oscuridad
En ‘Acusados’, Natalia Sánchez interpreta a la hija del personaje encarnado por José Coronado, un poderoso empresario implicado en una trama de corrupción política y empresarial. Aunque su papel no es protagonista, sí tiene un peso emocional importante dentro de la historia, aportando una perspectiva íntima y vulnerable en medio del caos judicial que vertebra la trama. La actriz ofrece aquí una actuación sobria, lejos de los estallidos emocionales de ‘Sueños de libertad’, pero igualmente eficaz en transmitir conflicto interno.
La serie, liderada por Blanca Portillo como la jueza Rosa Ballester, mantiene un tono sombrío y trepidante desde el primer episodio. La presencia de Natalia Sánchez añade una capa más de complejidad, sobre todo al mostrar cómo los errores y ambiciones de los adultos repercuten en las generaciones más jóvenes. Es, sin duda, un registro más exigente para la actriz, quien demuestra con solvencia que está preparada para abordar narrativas más densas y psicológicas, alejándose por completo de la luminosidad y ternura de su personaje en ‘Sueños de libertad’.
