La escalivada dulce es una reinterpretación audaz de uno de los platos más representativos de la cocina catalana. Tradicionalmente, la escalivada es una preparación a base de pimientos, berenjenas y cebollas asadas, servida como entrante o guarnición. Sin embargo, esta versión dulce transforma la esencia del plato y la convierte en un postre sorprendente, ideal para quienes desean experimentar con contrastes y reinterpretaciones gastronómicas sin perder el vínculo con la raíz mediterránea.
Esta receta de escalivada dulce juega con los sabores ahumados de las verduras asadas y los combina con ingredientes como la miel, el chocolate y las frutas secas, logrando un equilibrio entre lo rústico y lo delicado. El resultado es un postre inesperado que celebra la técnica de la cocina catalana a la vez que la traslada a un terreno completamente nuevo. Perfecto para cerrar una comida con estilo o como protagonista en una mesa de degustación creativa.
1Ingredientes para una deliciosa escalivada dulce con un giro especial

Para preparar esta escalivada dulce, los ingredientes seleccionados mantienen la esencia del plato clásico, pero con un toque innovador. Se necesitarán pimientos rojos y berenjenas, que se asarán lentamente al horno para mantener su textura melosa y su sabor ligeramente ahumado. A estos se suman la miel de azahar, ideal para resaltar el dulzor natural de las verduras, y una pizca de canela que aporta un fondo cálido y aromático.
Además, la receta incorpora dátiles picados y nueces tostadas para añadir textura, así como una ligera crema de chocolate negro con un toque de sal marina, que actúa como hilo conductor entre todos los sabores. Cada ingrediente ha sido elegido para realzar la personalidad de esta escalivada dulce sin ocultar sus raíces. No es solo un postre, es una forma de contar una historia gastronómica.