En la mayoría de los hogares españoles, hay un rincón que, por tradición o comodidad mal entendida, se ha convertido en el depositario de nuestros remedios farmacológicos: el cuarto de baño. Sin embargo, esta costumbre tan arraigada, casi un automatismo heredado de generación en generación, podría estar convirtiendo nuestros medicamentos en un riesgo silencioso, tal y como la OMS (Organización Mundial de la Salud) lleva tiempo advirtiendo con creciente preocupación. Ese pequeño armario sobre el lavabo o la estantería junto a la ducha es, en realidad, uno de los peores lugares para conservar la integridad y eficacia de los fármacos.
La aparente inocuidad de este gesto cotidiano esconde una verdad incómoda: las condiciones ambientales propias de un cuarto de baño son el enemigo número uno de la estabilidad de muchos compuestos químicos presentes en las medicinas. Lejos de ser un lugar seguro, las fluctuaciones de temperatura y, sobre todo, la elevada y constante humedad ambiental, pueden desencadenar procesos de degradación que no solo merman la potencia del medicamento, sino que, en algunos casos, podrían incluso generar subproductos tóxicos, una realidad que la OMS se esfuerza por comunicar.
1EL BOTIQUÍN DEL BAÑO: LA TRAMPA HÚMEDA QUE LA OMS QUIERE QUE EVITES

El cuarto de baño, con su botiquín estratégicamente colocado sobre el lavabo o en un armario cercano, se ha erigido tradicionalmente como el santuario de nuestros fármacos, desde el analgésico para el dolor de cabeza ocasional hasta el tratamiento antibiótico prescrito por el médico. La lógica parece aplastante: es un lugar accesible, donde solemos realizar nuestras rutinas de higiene y, por tanto, recordamos tomar la medicación; sin embargo, esta aparente idoneidad por la costumbre y la accesibilidad inmediata, esconde peligros que a menudo pasamos por alto, ignorando las recomendaciones de la OMS. La comodidad, en este caso, puede salirnos muy cara en términos de salud.
La constante fluctuación de temperatura provocada por las duchas calientes y la humedad ambiental que se genera, especialmente en baños pequeños o con ventilación deficiente, crean un microclima particularmente hostil para la conservación de los medicamentos. Este ambiente, lejos de preservar las propiedades de pastillas, jarabes o cremas, puede acelerar su descomposición de forma invisible, comprometiendo su efectividad terapéutica y, lo que es más alarmante, su seguridad, un punto en el que la OMS insiste de manera recurrente.