sábado, 24 mayo 2025

El error doméstico que convierte tus medicinas en tóxicas y que la OMS quiere que dejes de hacer

En la mayoría de los hogares españoles, hay un rincón que, por tradición o comodidad mal entendida, se ha convertido en el depositario de nuestros remedios farmacológicos: el cuarto de baño. Sin embargo, esta costumbre tan arraigada, casi un automatismo heredado de generación en generación, podría estar convirtiendo nuestros medicamentos en un riesgo silencioso, tal y como la OMS (Organización Mundial de la Salud) lleva tiempo advirtiendo con creciente preocupación. Ese pequeño armario sobre el lavabo o la estantería junto a la ducha es, en realidad, uno de los peores lugares para conservar la integridad y eficacia de los fármacos.

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La aparente inocuidad de este gesto cotidiano esconde una verdad incómoda: las condiciones ambientales propias de un cuarto de baño son el enemigo número uno de la estabilidad de muchos compuestos químicos presentes en las medicinas. Lejos de ser un lugar seguro, las fluctuaciones de temperatura y, sobre todo, la elevada y constante humedad ambiental, pueden desencadenar procesos de degradación que no solo merman la potencia del medicamento, sino que, en algunos casos, podrían incluso generar subproductos tóxicos, una realidad que la OMS se esfuerza por comunicar.

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CUANDO EL REMEDIO SE VUELVE PELIGRO: EL EFECTO DE LA HUMEDAD EN TUS FÁRMACOS (AVISO OMS)

Fuente Pexels

La humedad es uno de los agentes más perniciosos para la estabilidad de los principios activos de muchos medicamentos, un factor que la OMS destaca en sus guías de buenas prácticas de almacenamiento. Las moléculas de agua presentes en el ambiente pueden interactuar con los componentes del fármaco, provocando reacciones químicas como la hidrólisis, que descompone el principio activo en sustancias inactivas o, en el peor de los casos, en compuestos diferentes con potencial tóxico, alterando significativamente la composición original del producto. Este proceso es especialmente crítico en medicamentos como los antibióticos.

Cuando un antibiótico, por ejemplo, se degrada debido a una conservación inadecuada en un ambiente húmedo como el baño, no solo pierde su capacidad para combatir la infección para la que fue prescrito, sino que también puede contribuir al grave problema de la resistencia antimicrobiana, una de las mayores amenazas para la salud global según la OMS. Administrar dosis ineficaces o alteradas puede permitir que las bacterias más resistentes sobrevivan y se multipliquen, haciendo que futuras infecciones sean mucho más difíciles de tratar, un riesgo que se magnifica con esta práctica doméstica tan común.

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