Los ciberdelincuentes han encontrado en la suplantación bancaria su mina de oro particular, aprovechando la confianza que depositamos en nuestras entidades financieras. La OCU ha identificado un incremento alarmante de correos electrónicos fraudulentos que imitan a la perfección las comunicaciones oficiales de los bancos más reconocidos del país. Esta realidad digital se ha convertido en una auténtica pesadilla para miles de usuarios que, sin saberlo, entregan sus datos más sensibles a manos criminales.
La sofisticación de estos ataques ha alcanzado niveles preocupantes, donde distinguir entre un mensaje legítimo y uno falso requiere de un ojo entrenado y conocimiento específico. Los estafadores han perfeccionado sus técnicas hasta el punto de replicar logos, tipografías y hasta el tono comunicativo característico de cada entidad bancaria. Esta evolución del fraude digital ha obligado a las organizaciones de consumidores a intensificar sus campañas de concienciación y a desarrollar guías específicas para proteger a los ciudadanos de estas amenazas virtuales.
4LA EVOLUCIÓN DEL PHISHING BANCARIO EN ESPAÑA

Los datos recopilados por la OCU revelan un incremento del 40% en los intentos de phishing bancario durante el último año, coincidiendo con el aumento del uso de servicios financieros digitales. Esta tendencia refleja cómo los ciberdelincuentes adaptan sus estrategias a los hábitos de consumo digital, aprovechando la familiaridad creciente de los usuarios con las transacciones online para reducir su nivel de alerta ante comunicaciones sospechosas. La sofisticación técnica de estos ataques ha evolucionado paralelamente al desarrollo de las plataformas bancarias digitales.
Los estafadores han comenzado a personalizar sus ataques utilizando información pública disponible en redes sociales y bases de datos filtradas. Esta personalización permite crear mensajes mucho más convincentes que incluyen nombres reales, referencias a productos bancarios específicos e incluso menciones a transacciones recientes, aumentando considerablemente la probabilidad de éxito del engaño. La OCU subraya que esta evolución hacia ataques dirigidos requiere una mayor vigilancia por parte de los consumidores.