El parque automovilístico español afronta, tras décadas de costumbre y comodidad, un nuevo reto que podría cambiar radicalmente la movilidad urbana de millones de ciudadanos. La DGT ha puesto su punto de mira en los coches antiguos, con la intención de adaptar la circulación en ciudades a las exigentes normativas europeas de emisiones que ya empiezan a ser una realidad palpable en el resto del continente.
La conversación sobre el futuro de los vehículos de más edad se torna inevitable. Y es que la actualización normativa de la DGT podría suponer un antes y un después para quienes dependen de su automóvil vintage, no solo por nostalgia sino por pura necesidad. Entre la inmediatez de los anuncios institucionales y la incertidumbre ciudadana crece la preocupación por conocer cuánto tiempo podrán seguir circulando con sus fieles compañeros de carretera.
3EL IMPACTO EN LA CIRCULACIÓN URBANA Y EN EL DÍA A DÍA DEL CONDUCTOR

El acceso a los centros urbanos será, en poco tiempo, una misión imposible para quienes dependan de coches sin etiqueta ambiental de la DGT. La implementación de las restricciones provocará, de hecho, que los desplazamientos cotidianos se vean alterados, obligando a miles de personas a replantearse sus rutinas de movilidad.
No solo se trata de la comodidad personal; al endurecer la normativa sobre emisiones, la DGT aspira a reducir el volumen total de polución y a mejorar la vida en las ciudades. Sin embargo, este cambio también genera inquietud y debates sobre su posible impacto en la economía familiar, especialmente en sectores donde renovar el coche no es una opción al alcance de todos.