AEMET ha encendido las alarmas y lo que anticipa para el cierre de mayo no deja indiferente a nadie. Madrid, y buena parte del centro peninsular, se preparan para un giro radical en el tiempo que rompe con cualquier idea de estabilidad primaveral. Según la Agencia Estatal de Meteorología, lo que parecía un final de mes tranquilo podría convertirse en un episodio marcado por la inestabilidad y la llegada de temperaturas extremas, tanto por exceso como por defecto.
Los expertos de AEMET advierten de una serie de cambios que, aunque típicos de una primavera inestable, llegan con una intensidad poco habitual. No se trata solo de lluvias o de cielos cubiertos, sino de la posible irrupción de una masa de aire frío, unida a una subida drástica del mercurio que podría hacernos saltar directamente al ambiente sofocante del verano. Así, el corazón de la península se enfrenta a una situación climatológica que puede marcar la transición entre estaciones de manera más brusca de lo esperado.
1Madrid se encuentra en el punto de mira

Madrid es una de las comunidades que más atención recibe por parte de AEMET en estos días de transición climática. La capital ha vivido un mes de mayo con altibajos meteorológicos, pero ahora se encamina hacia un cambio más radical. Según las últimas previsiones, el termómetro podría dispararse en cuestión de horas, pasando de temperaturas frescas a máximas por encima de los 30 grados, e incluso más. El contraste térmico podría generar no solo incomodidad, sino también riesgos para la salud, especialmente para personas mayores o con problemas respiratorios.
Pero el calor no vendrá solo, pues la AEMET también advierte de una mayor presencia de nubosidad de evolución diurna, especialmente en zonas como la Sierra, lo que podría derivar en tormentas aisladas y fenómenos de corta duración pero de cierta intensidad. El viento, aunque en general flojo, mostrará variaciones que podrían complicar aún más la jornada, predominando el nordeste por la noche y el suroeste al mediodía. Este cóctel de factores hace que Madrid se convierta en un ejemplo claro de la volatilidad que marcará estos últimos días de mayo.