miércoles, 4 junio 2025

El truco que usan los nutricionistas para calmar la ansiedad sin picar entre horas

La ansiedad es una compañera habitual en el día a día para muchas personas. Aparece entre reuniones, durante una espera o al final de una jornada agotadora. En esos momentos, el cuerpo no siempre pide comida por hambre real, sino como un intento de aliviar el malestar emocional, y es ahí cuando el picoteo entre horas se convierte en una respuesta automática. Aunque parezca inofensivo, este hábito puede arruinar cualquier intento de mantener una alimentación equilibrada y tiene consecuencias que van más allá del aumento de peso.

Publicidad

Conscientes de este problema, muchos nutricionistas han comenzado a aplicar estrategias sencillas pero eficaces para romper ese ciclo. Entre todas ellas, hay un truco especialmente eficaz que apenas requiere cinco minutos y no implica alimentos ni suplementos. Este recurso, que cada vez recomiendan más expertos, actúa directamente sobre la ansiedad. Calmar el sistema nervioso de forma natural y recuperar el control sobre el impulso puede marcar una gran diferencia, por ello te enseñamos cómo hacerlo.

3
Cambiar rutinas para calmar la mente

Fuente: Pexels

Por último, muchos nutricionistas coinciden en que la clave para reducir la ansiedad que lleva a picar está en crear rutinas que generen calma. Establecer horarios fijos de comidas, evitar el multitasking mientras se come, y reservar momentos de desconexión digital a lo largo del día son hábitos que contribuyen a mantener el sistema nervioso más equilibrado. Y cuando la mente está más tranquila, la ansiedad disminuye y los impulsos por comer entre horas se reducen de forma natural.

Publicidad

Incluir pequeños momentos de descanso activo, como por ejemplo dar un paseo corto, estirarse o simplemente cambiar de entorno, son cosas que también ayudan a cortar con el ciclo del estrés. Esos cinco minutos, bien utilizados, pueden marcar la diferencia entre caer en el picoteo o recuperar el control. Porque calmar la ansiedad no tiene por qué ser complicado ni costoso; a veces, basta con parar, respirar y escucharse.

Siguiente
Publicidad
Publicidad