La ansiedad es una compañera habitual en el día a día para muchas personas. Aparece entre reuniones, durante una espera o al final de una jornada agotadora. En esos momentos, el cuerpo no siempre pide comida por hambre real, sino como un intento de aliviar el malestar emocional, y es ahí cuando el picoteo entre horas se convierte en una respuesta automática. Aunque parezca inofensivo, este hábito puede arruinar cualquier intento de mantener una alimentación equilibrada y tiene consecuencias que van más allá del aumento de peso.
Conscientes de este problema, muchos nutricionistas han comenzado a aplicar estrategias sencillas pero eficaces para romper ese ciclo. Entre todas ellas, hay un truco especialmente eficaz que apenas requiere cinco minutos y no implica alimentos ni suplementos. Este recurso, que cada vez recomiendan más expertos, actúa directamente sobre la ansiedad. Calmar el sistema nervioso de forma natural y recuperar el control sobre el impulso puede marcar una gran diferencia, por ello te enseñamos cómo hacerlo.
3Cambiar rutinas para calmar la mente

Por último, muchos nutricionistas coinciden en que la clave para reducir la ansiedad que lleva a picar está en crear rutinas que generen calma. Establecer horarios fijos de comidas, evitar el multitasking mientras se come, y reservar momentos de desconexión digital a lo largo del día son hábitos que contribuyen a mantener el sistema nervioso más equilibrado. Y cuando la mente está más tranquila, la ansiedad disminuye y los impulsos por comer entre horas se reducen de forma natural.
Incluir pequeños momentos de descanso activo, como por ejemplo dar un paseo corto, estirarse o simplemente cambiar de entorno, son cosas que también ayudan a cortar con el ciclo del estrés. Esos cinco minutos, bien utilizados, pueden marcar la diferencia entre caer en el picoteo o recuperar el control. Porque calmar la ansiedad no tiene por qué ser complicado ni costoso; a veces, basta con parar, respirar y escucharse.