domingo, 1 junio 2025

Así funciona la «caja negra» de tu coche que registra todo lo que haces, y que tu seguro podría usar en tu contra

Hoy en día, subirte a un coche es mucho más que simplemente poner las manos al volante y arrancar. Pensamos que controlamos todo lo que ocurre dentro y fuera, pero la realidad es que nuestro coche, ese compañero inseparable de viajes y rutinas, guarda secretos que quizás no imaginamos. Existe, metido en las tripas electrónicas, un testigo silencioso que toma notas sobre cada movimiento, cada acelerón, cada frenada brusca. No habla, pero registra.

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Este testigo no es un pasajero más, sino una especie de ‘caja negra’, como las de los aviones, pero a escala automovilística. Registra datos, muchos datos, sobre cómo te comportas al volante y qué ocurre en los momentos críticos. Y lo verdaderamente interesante, o preocupante según se mire, es quién puede acceder a esa información y con qué fines, especialmente cuando hablamos de un siniestro, un suceso inesperado donde la verdad de lo ocurrido puede tener consecuencias importantes para todos los implicados y, sobre todo, para nuestra relación con la compañía de seguros que nos cubre.

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EL PELIGRO OCULTO: CÓMO TU SEGURO PODRÍA USAR ESTA INFORMACIÓN CONTRA TI EN TU COCHE

Fuente Propia

Este es quizás el punto más delicado y el que genera más inquietud entre los conductores, la posibilidad de que algo diseñado para la seguridad termine volviéndose en tu contra. Las compañías de seguros basan las indemnizaciones en la reconstrucción de los hechos y la determinación de quién tuvo la culpa en un siniestro. Si los datos del EDR contradicen la versión del conductor sobre cómo ocurrió el accidente –por ejemplo, si alega que iba despacio pero el EDR registra una velocidad excesiva o una frenada tardía, o si dice que llevaba el cinturón abrochado pero los datos indican lo contrario–, esa información numérica y objetiva puede ser usada por la aseguradora para cuestionar o incluso denegar una indemnización total o parcial. Imaginemos un escenario donde un conductor de coche declara una cosa, y los datos dicen otra; la ‘caja negra’ tiene un peso probatorio considerable, a menudo superior al testimonio.

La batalla legal sobre la propiedad y el acceso a los datos del EDR en un coche está aún en desarrollo en muchos lugares y plantea dilemas éticos y de privacidad importantes. Aunque la información se genera en tu coche y documenta tu comportamiento, legalmente la propiedad de los datos no siempre está clara del todo, y obtenerla por parte de terceros, como una aseguradora, puede requerir una orden judicial en algunos casos, dependiendo de la jurisdicción.

Pero la posibilidad de que estos registros íntimos sobre tu comportamiento al volante en tu coche sean usados contra ti en un momento de vulnerabilidad económica y personal es real y creciente, subrayando la importancia de ser conscientes de la tecnología que llevamos sin darnos cuenta en nuestros vehículos cada vez que conducimos un coche y de cómo puede impactar en situaciones críticas. Es una capa más de digitalización que nos obliga a reflexionar sobre la privacidad en la era del vehículo conectado.

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