Montoya se ha convertido en uno de los concursantes más intensos y emotivos de esta edición de ‘Supervivientes’, y ahora ha vuelto a protagonizar un momento de máxima tensión en los Cayos Cochinos. El de Utrera, visiblemente afectado, rompió a llorar tras sentirse incomprendido y apartado por sus compañeros. Todo comenzó con una polémica sobre el reparto del pescado, cuando Montoya mostró su indignación porque Terelu Campos, según él, había recibido una ración más pequeña que el resto. Pese a que Borja le aclaró que había sido ella misma quien lo había solicitado, Montoya no se dio por satisfecho.
Esta discusión aparentemente menor fue suficiente para que el concursante se sintiera juzgado, ignorado y dolido, al punto de amenazar, una vez más, con abandonar el concurso. “Mis opiniones van al retrete”, dijo, entre lágrimas, visiblemente frustrado porque, según él, nadie quiso darle la razón. Montoya terminó apartándose del grupo, asegurando que no piensa “recoger cable” y que se marchará si hace falta, dejando claro que para él, mostrar sus emociones es parte de su forma de vivir.
2Montoya no recibe el consuelo que esperaba

Pese a los intentos de Anita por calmarle, Montoya se mostró hermético y completamente cerrado al diálogo. Insistió en que sus compañeros lo han apartado y que nadie se preocupa por él, ni siquiera “tu amigo Borja”, espetó a Anita en un reproche cargado de decepción. Esta actitud ha hecho que incluso los más cercanos a él comiencen a cansarse de sus constantes subidas y bajadas emocionales.
Fue Álvaro Muñoz Escassi quien, finalmente, se acercó con un tono conciliador. Le pidió a Montoya que intentara gestionar sus emociones de otra manera, que no se dejara arrastrar por el malestar de forma tan prolongada. Montoya, por su parte, explicó que su manera de sentir es distinta y que necesita una reciprocidad emocional que no está encontrando en sus compañeros. Esa ausencia de conexión, según él, es lo que más daño le hace.